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    El Directorio de Ancap es “tan soberbio” como sus antecesores y quiere “destruir” la empresa, opina el presidente del sindicato

    Una cuestión de soberanía y defensa del bien público. Para los dirigentes del sindicato de Ancap (Fancap), ese es el eje del conflicto que mantienen con el directorio de la empresa estatal. Es que para los gremialistas, esta nueva cúpula —encabezada por Marta Jara— vino a “destruir la Ancap estatal y pública” que “tanto costó defender y consolidar” con un modelo “interventor” y “economicista” donde hay que “acomodar los números a como dé lugar”.

    Para lograr su objetivo, el Directorio de Ancap “es soberbio” y “sordo” a los reclamos de los trabajadores, e incurre “en actitudes privatizadoras” y “restructuras salvajes”, dijo a Búsqueda Edwin Villero.

    El sindicato entiende “por unanimidad” que en los directorios presididos primero por Sendic y luego por Coya “hubo horrores de gestión fruto de una soberbia en la forma de conducción, de hacer las cosas sin escuchar a los trabajadores ni a más nadie que a sus propios intereses”, señaló.

    Para el dirigente sindical, “esta soberbia en la conducción se repite en el actual directorio”. Más allá de las reestructuras que se han hecho a nivel de gerencias en Ancap, “la soberbia en la conducción y el no escuchar hacen que hoy estemos en una situación extremadamente compleja”, insistió.

    Desde que asumieron las nuevas autoridades en 2016, los encontronazos con el sindicato han sido varios: desde la eliminación del servicio médico de Ancap por su incorporación al Fondo Nacional de Salud, la reestructura en el área del cemento y hasta la posible privatización de los fletes navales de combustibles.

    “Ancap hoy es un conglomerado demasiado amplio, nos interesa ser buenos en lo central y no diversificarnos tanto. Es un esfuerzo de gobernanza innecesario, genera muchos viajes, mucha tensión de las gerencias. Lo mejor es focalizarse en áreas centrales”, dijo Jara a Búsqueda en julio del 2017.

    En ese entonces, Jara esperaba “recomponer” la relación con el sindicato y “mirar de cara al futuro con todos los desafíos” que tenían que “afrontar juntos”.

    Las esperanzas de Jara parecen cada vez más lejos de cristalizar. Desde Fancap entienden que los cientos de millones de dólares de pérdida con los que se encontró el directorio son fruto “de procesos de gestión horrorosos que llevaron a Ancap a estar en esta situación”.

    “Hoy tenemos un directorio intervencionista y político que viene a acomodar los números a como dé lugar y sin tomar en consideración la opinión de los trabajadores”, sostuvo Villero.

    En el gremio, la visión mayoritaria es que este directorio “quiere generar en la cabeza de la opinión pública que las ineficiencias de Ancap se solucionan privatizando o cortando por el lado de los trabajadores, pero hay otras alternativas”.

    Según Villero, existe “desde hace muchos años” una mecánica por parte de los “clanes gerenciales” de “dejar estar” algunas áreas para luego “decir que son ineficaces”.

    “¡Y claro que lo son! Pero no se llegó a eso por culpa de los trabajadores”, señaló.

    Cemento y propuestas. 

    Algunos de los sectores donde se generaron más enfrentamientos son aquellos en los que, por sus pérdidas históricas, el directorio resolvió encarar reformas profundas. Uno fue el área del cemento portland.

    “Comenzó con una reestructura salvaje, típico de este directorio, que se focaliza exclusivamente en ver de qué manera reduce su déficit. Déficit que se creó por horrores de gestión y que ahora quieren hacernos pagar, recortando mano de obra”, señaló Villero.

    “Por suerte logramos hacer la reestructura con las plantas abiertas. Una reestructura donde desde el directorio se nos dijo que en Uruguay había espacio para una sola fábrica y nosotros respondimos con el sentido común: en este país no sabemos si hay petróleo, pero sí sabemos que los yacimientos más importantes de piedra caliza están en Uruguay y por eso debíamos explorar su crecimiento”, agregó.

    Para el sindicalista, el área “tiene un potencial de crecimiento inexplorado”, porque “hay una riqueza de piedra caliza para más de 100 años”.

    “Con el asesoramiento del Instituto Cuesta Duarte elaboramos varias alternativas de trabajo ante la situación financiera de Ancap, que rompe los ojos. En el tema del cemento, propusimos desarrollar la caminería rural, todo el tema de la infraestructura vial con base en las propuestas del propio Poder Ejecutivo. También dijimos que era esencial entrar en la industria del hormigón armado, que esa pata le daría al negocio buenos ingresos”, señaló.

    Según los datos oficiales, el sector portland redujo a la mitad sus pérdidas en 2017 y el directorio espera que para finales de este año el área alcance la rentabilidad (Búsqueda Nº 1.956).

    Para Fancap, estos logros “se basan en una visión privatizadora” para lograr “beneficios económicos a cualquier costo”.

    “Quieren liquidar la Ancap por la que luchamos tanto en 2003. Su objetivo es destruir esa Ancap estatal y pública y orientada a salvaguardar la soberanía productiva del país. A ellos solo les importa que los números den y para eso buscan culpar a los trabajadores de las ineficiencias que existen, cuando las mismas vienen de hace muchos años y son gran responsabilidad de los horrores de gestión”, sostuvo Villero.

    Para el dirigente, la principal responsabilidad de estos “horrores” viene de los “clanes gerenciales” que “no tienen la camiseta puesta” y “dejan que los sectores se caigan, como es el caso de la flota naval de Ancap o el cemento, donde incentivaron que la gente se retirara desde los años 90”.

    Según Villero, esto “también está pasando en el sector de la flota naval” de Ancap, donde el sindicato “presentó varias propuestas para que funcione de la mejor manera”. El directorio, también en ese rubro, “optó por privatizar” y “por meterle a la gente en la cabeza que hoy es ineficiente”, cuestionó.

    Logística y subsidiarias. 

    Otro aspecto cuestionado por el sindicato tiene que ver con la logística del ente. “Hoy no existe un sector centralizado de toda la logística de Ancap, es un carnaval y un mamarracho. Y los errores que surgen de estas faltas de coordinación luego se quieren trasladar a los trabajadores”, dijo Villero.

    El sindicalista agregó que fue el sindicato quien alertó que los camiones que iban hacia Paysandú transportando combustible “volvían vacíos, con los evidentes costos que eso representaba”.

    “Siempre apuntan a que los responsables son los trabajadores, pero yo no veo ni un representante de los trabajadores o de los usuarios en el Directorio de Ancap, como sí lo tiene Asse, por ejemplo”, disparó.

    Para Villero, la soberanía pasa “por defender los intereses nacionales a través de Ancap” y eso significa “promover el desarrollo de la industria nacional y no dárselo a terceros”.

    Villero entiende que los casos de sueldos superiores a los $500.000 en varias subsidiarias de Ancap (que operan bajo el derecho privado) “son claros ejemplos del descontrol en el manejo” que tiene el ente sobre esas empresas.