En diálogo con Búsqueda, Bordaberry sostiene que la verdadera discusión es el estatuto de 2018, el futuro de la liga de Primera División, los derechos de televisación y comerciales del fútbol local y el rol de la empresa Tenfield. Ya no está más en la AUF, pero es asesor externo desde 2019 del Montevideo City Torque. En ese lugar, y con la experiencia que tuvo antes como cabeza de la comisión regularizadora, afirma que la solución al problema es más sencilla de lo que parece, pero que el fútbol uruguayo “tiene muchas cosas complicadas” que cuando las “metés en una licuadora” generan conflictos como el actual.
—El fútbol uruguayo está parado por un reclamo de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales. Entre otras cosas exigen mejorar el salario mínimo de los jugadores de la Segunda División. ¿Es ese el asunto central del conflicto?
—Una cosa es el reclamo de los jugadores. Te diría que es un reclamo justo y entendible, comprensible. Están pidiendo un aumento del mínimo del salario de Segunda División, de $ 29.000 a $ 35.000, que afecta a un promedio de tres o cuatro jugadores por club de Segunda División. Lo que piden es sensato y no es un monto como para un conflicto. También piden otras cosas, por ejemplo, la seguridad de cobrar en plazo, otra cosa muy sensata. Entonces no es que esto no se arregla por las negociaciones de estos temas, que como todas las negociaciones siempre tienen tensiones.
—¿Por qué no se arregla entonces?
—No se arregla porque atrás está el tema de los derechos de televisión y la voluntad de algunos clubes, que forman la denominada Unión de Clubes, de que se les apruebe la creación de la Liga Profesional, que mientras no la aprobemos todos los clubes no tiene valor. Y con esa liga muchos pretenden obviamente volver a vender los derechos de televisión por un dinero que a otro grupo de clubes, entre los cuales está Montevideo City Torque, no nos conforma.
Transmisión de Tenfield. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
—¿Por qué todos los dirigentes no manifiestan de manera pública más abiertamente que el tema central es la creación de la Liga Profesional y la renovación de los derechos de televisión con Tenfield en 2025?
—Sí, se hace. Hay algunos cuantos directivos de estos clubes que dicen: “Sin liga, no hay fútbol”. El delegado de Peñarol ante la AUF, Julio Trochansky, hace unas horas escribió un tuit diciendo exactamente eso. Evidentemente hay una voluntad del presidente de Peñarol y de Peñarol de que el paro continúe. Que nadie lo tome como un agravio, creo que es claro y es público, es una estrategia que se ha aplicado. Y en las reuniones entre la Unión de Clubes y el grupo de clubes nuestro nos han dicho que de esto no se sale si no se acepta la liga. Lo cual es una incongruencia, porque una negociación laboral es entre los clubes y los jugadores, entre las empresas y los empleados, y la formación de una liga nueva es algo exclusivamente entre los clubes. Los jugadores no tienen nada que ver con la liga. Entonces es claro que esto es por un interés económico de terceros que quieren influir.
—¿Entre esos terceros está Tenfield?
—A esa conclusión llegás tú. Nosotros creemos que hay muchos clubes que están en ese lugar, no todos, que evidentemente tienen un relacionamiento con Tenfield. Hay presidentes de clubes de ese lado que dicen “yo soy hincha de Tenfield”. Hay presidentes de clubes de ese lado que dicen: “Cada vez que necesito de Tenfield, Tenfield me responde”. No todos, está claro, porque a veces obviamente hay algunos que mantienen independencia, pero la gran mayoría de ellos han recibido adelantos de dinero de Tenfield, entonces evidentemente debe haber algún tipo de relacionamiento con la empresa.
—A lo largo de este conflicto, ¿la empresa ha tenido reuniones con los clubes?
—Con Montevideo City Torque, nada. De estas cosas nos enteramos por las declaraciones de presidentes de clubes que están en la Unión de Clubes. Creo que es claro que atrás de todo esto está el vencimiento del contrato de televisión en 2025 y la voluntad de algunos clubes de prorrogarlo, o de hacer un nuevo acuerdo, y la voluntad de otros clubes de cumplir con el estatuto de la AUF que establece la necesidad de hacer un llamado público con bases que establezca la propia AUF. Algunos quieren prorrogar el contrato y otros queremos un llamado público, transparente, que adjudique la mejor oferta.
—En 2022 sí hubo un encuentro entre Francisco Casal y representantes de los clubes.
—De esa reunión dio cuenta la prensa. Se sentó Casal con los presidentes de algunos clubes y creo que empezó a decir lo que había que hacer con el fútbol uruguayo. Lo cual también es todo un mensaje: que el dueño de la empresa que tiene los derechos de televisión siente a los presidentes y empiece a trasmitir lo que hay que hacer. Puede hacerlo, tiene el derecho de hacerlo, puede hacer lo que se le cante. Y los presidentes de los clubes pueden ir. Nosotros no estábamos en esa reunión ni fuimos invitados. A nosotros no nos parece bien. Lo que hay que tener en el fútbol es independencia. El artículo 16 del estatuto de la AUF dice que todos los miembros y afiliados de la AUF administrarán sus asuntos de forma independiente y sin indebida injerencia de terceros. Nosotros cumplimos con el artículo 16. Y en este caso no es solamente cualquier tercero, es el tercero que tiene los derechos de televisión del fútbol uruguayo y que pretende que se los renueven. Entonces obviamente que hay un interés muy claro. De todas formas, hay que valorar que lo hicieron públicamente, que no lo hicieron ocultos.
—En 2018, con usted al frente de una comisión regularizadora designada por la FIFA, la AUF aprobó justamente ese nuevo estatuto, que sumó a más grupos de interés en la toma de decisiones. Lo han acusado de elaborar ese estatuto para quitarle poder a Tenfield. ¿Es así?
—Los equipos de las selecciones nacionales que pasaron a octavos de final en el último Mundial tenían este sistema. Es el sistema que la FIFA quiere porque tiene el objetivo de regular todo el fútbol, no solamente el fútbol profesional. La FIFA tiene vocación de que quede bajo su órbita y su regulación todo el fútbol: el profesional, el amateur, el del interior, el sala, el femenino, los grupos de interés… La gran reforma del 2018 es que la AUF ahora no está integrada casi exclusivamente por los clubes profesionales sino por todo el fútbol. La idea era que estuviera representado incluso el baby fútbol y la Liga Universitaria de Deportes. Ese estatuto nuevo estableció un cambio radical en lo que era el fútbol uruguayo antes.
—¿Es este cambio radical el que ha causado el conflicto actual?
—Antes del estatuto la AUF era en los hechos manejada por 16 clubes profesionales de Primera División. De 19 votos, 16 los tenían los clubes profesionales de Primera División y los otros tres, la Segunda División, la C y la Organización del Fútbol del Interior (OFI). Quizás lo que está sucediendo en el fútbol uruguayo es que algunos no entendieron la dimensión de la reforma del estatuto del año 2018. Entonces todavía se sienten que están en el viejo estatuto. Aquellos clubes profesionales que tenían antes del 2018 a la AUF bajo su dominio legal y estatutario con 16 votos de 19 quieren ahora repetir un poco aquella realidad anterior. Y se equivocan cuando al pretender crear la Liga Profesional dejan afuera a un grupo de clubes profesionales. Porque para crear esa liga necesitás a todos los clubes y su consentimiento. Y además el estatuto de la AUF prevé que para crear una liga tenés que seguir determinados procedimientos y sobre todo aceptar determinadas cláusulas, por ejemplo, que para vender los derechos comerciales tenés que hacerlo a través de un llamado público cuyas bases tiene que proponer y aprobar la AUF.
Fachada de la Asociación Uruguaya de Fútbol. Foto: Nicolás Celaya / adhocFOTOS
—¿Ve factible que todos los clubes se unan para la creación de una nueva liga profesional?
—Hoy todos los clubes profesionales se regulan bajo el Consejo del Fútbol Profesional de la AUF. Dentro de determinadas condiciones se puede crear una liga que puede tener un poquito más de independencia, no mucha, que el Consejo del Fútbol Profesional. Pero, si vos querés crear una liga que sustituya al Consejo del Fútbol Profesional, tenés que cumplir con las normas del estatuto de la AUF. Y eso no se ha cumplido. La liga que se quiere crear no la integran Nacional, Deportivo Maldonado, Plaza Colonia, Boston River, Montevideo City Torque, todos clubes de Primera División. Al no ser una liga reconocida por la AUF y al no ser una liga estatutariamente estable, aceptar esa liga nos expone a sanciones ante la AUF y la Conmebol. Entonces no podés pretender imponerla. Nosotros creemos que es bueno crear la liga, pero que se haga de acuerdo a la normativa de la AUF. Si querés aprobar una liga, es como una ley, tenés que estar de acuerdo con la Constitución de la República. Y la Constitución de la República en esto es el estatuto de la AUF.
—Cuando se aprobó en 2018 el nuevo estatuto, ¿imaginó que se iba a producir esta disputa por los derechos de televisión?
—Uno nunca va a imaginar que se va a querer aprobar una liga que no tenga los mismos integrantes que el Consejo del Fútbol Profesional. No me imaginaba ni pensaba que iban a pretender hacer una liga sin otros clubes, con una suerte de mayoría para quitar al Consejo del Fútbol Profesional.
—¿Ve una salida al reclamo específico de la Mutual de Futbolistas?
—Hay que buscar otros medios alternativos para lograr un levantamiento del paro y seguir negociando los puntos que no se acuerden. Creo que hay algunas posibilidades interesantes sobre las que un grupo de clubes estamos trabajando, alternativas para que se levante el paro.
—¿Y a largo plazo? ¿Le parece factible que se solucione esta disputa entre los clubes?
—He visto últimamente en muchos clubes, de los dos lados, a gente con una muy sana intención de buscar acuerdos y de tratar de llegar a acuerdos para terminar con este lío. Espero que los extremos no nos ganen y los que dialogamos podamos llegar a acuerdos que cumplan con el estatuto de la AUF. El grupo que integramos ha sido muy claro de que queremos una liga y que en la liga nos aseguren que los derechos de televisión y comerciales se van a vender en un proceso transparente y se van a adjudicar al mejor postor. Nos debemos sentar a construir una liga en serio, no esto que se quiere crear.
—¿El modelo a seguir para la venta de los derechos del fútbol local es la selección uruguaya de fútbol?
—Hay algo que rompe los ojos: hace ya 13 o 14 años que la AUF recuperó los derechos comerciales y de televisión de la selección nacional y los comercializa. A veces incluso esos derechos de televisión se los ha vendido a Tenfield. O sea que esto no es contra Tenfield. La selección nacional tiene un éxito deportivo y empresarial enorme, y el fútbol local sigue con una sola empresa y es un producto que no es bueno y que no recauda todo lo que tendría que recaudar. Deberíamos plantearnos por qué es exitoso el modelo de la selección nacional y por qué no lo es el del fútbol local. Es un contraste enorme de una selección exitosa en todas sus divisiones y en todos los ámbitos, con el fútbol local. La selección retomó la venta de sus activos y el fútbol local no lo hizo.
—¿Es decir que la solución principal para el fútbol local pasa por mejorar los ingresos de sus derechos de televisión y comerciales?
—Creo que Nacho Alonso está tratando de modernizar la AUF y ha sido muy exitoso en la parte deportiva con las selecciones nacionales. Hoy, por ejemplo, la selección de Uruguay tiene a uno de los mejores entrenadores del mundo. Eso se pudo hacer y también se hizo antes porque se recuperaron derechos y había recursos económicos. Para empezar a arreglar el fútbol local tenemos que hablar de los derechos comerciales y de televisión. Conseguir más ingresos, de repente ese es el comienzo. Parece mentira que uno tenga que justificar que quiere más dinero de la televisión. Es natural, así como es natural que Tenfield, una empresa con fin de lucro, quiere pagar menos para ganar más. Lo que no es natural es negociar para no sacar más plata. Lo que no es natural es que te cataloguen de malo por querer sacar más plata.
—Lo define como natural, ¿pero en el pasado la AUF eligió las ofertas por más dinero?
—Hay dos antecedentes muy jorobados en aquella AUF de los 16 votos del fútbol profesional en 19. El primero fue cuando en una de las primeras propuestas de ventas de derecho de televisión había una de US$ 80 millones y otra de US$ 50 millones. Había una diferencia de US$ 30 millones y resultó que la de U$S 50 millones, la de Tenfield, terminó adjudicándose. Los clubes prefirieron darle el contrato a Tenfield en lugar de una oferta de US$ 80 millones. Y el segundo, en el cual Tenfield tenía el derecho de la camiseta de la selección uruguaya pagando US$ 3,5 millones y Nike estaba dispuesto a pagar US$ 23,5 millones. De los 16 clubes de Primera División, nueve votaron por recibir US$ 3,5 millones y no US$ 23,5 millones. Entonces resulta obvio que a futuro queremos asegurar que para todos US$ 23,5 millones sean más que US$ 3,5 millones y US$ 80 millones sean más que US$ 50 millones. Se da la paradoja de que los jugadores de la Mutual piden $ 6.000 más de salario mínimo para la Segunda División y hace no mucho varios clubes votaron que la AUF no reciba ofertas por US$ 20 millones y US$ 30 millones más. Ahí es cuando digo que los jugadores tienen razón cuando hacen este reclamo y dicen: “No me resignes subir el salario mínimo si rechazas millones de dólares”.
Sede de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales. Foto: Pablo Vignali / adhocFOTOS
—¿La dicotomía final termina siendo siempre entre quienes apoyan y quienes no apoyan a Tenfield?
—A mí me dicen anti-Tenfield. No, yo no estoy en contra de Tenfield, estoy en contra de que Tenfield pague lo que paga hoy. Quiero defender los derechos del fútbol uruguayo. Si Tenfield paga lo que creo que es justo, no tengo problema que se le otorguen los derechos de televisión. Creo que los US$ 15 millones que se pagan hoy no son adecuados. Tendrían que ser US$ 40 millones, esa es la cifra que deberíamos reclamar. Y de la misma forma, si alguien cree que US$ 15 millones es suficiente, no quiere decir que sea pro-Tenfield. Solo entiende que eso es suficiente. Si no nos damos cuenta de eso, no nos podemos sentar a conversar.
—Para que el fútbol local mejore, ¿también es necesario que más clubes se transformen en una sociedad anónima deportiva (SAD) como Montevideo City Torque?
—Hay sociedades anónimas deportivas buenas y otras no tan buenas, y asociaciones civiles buenas y otras no tan buenas. En definitiva es un tema de gestión. Sí creo que las sociedades anónimas deportivas te permiten invertir mejor, te permiten trabajar a largo plazo, no depender de la asamblea de socios, de que si no salís campeón te tenés que ir. Además, al ser sociedades anónimas tienen que identificar obligatoriamente al Banco Central quiénes son sus accionistas, entre otras normas de regulación que permiten canalizar inversiones y trabajar más ordenadamente. Es una forma moderna que avanza en el mundo, porque hoy la mejor liga del mundo es la Premier League y el 90% de sus clubes son sociedades anónimas deportivas.
—¿Qué le dicen los representantes del City Football Group, propietarios del club, sobre la situación del fútbol local?
—Obviamente que es muy divertido cuando vos les tratás de explicar el sistema del descenso con los promedios del año anterior, o quién clasifica a las copas internacionales. Cuando expliqué eso, uno de mis colegas me dijo que finalmente entendía por qué en el club trabajaban tantos abogados. A veces no nos damos cuenta de lo difícil que es entender el sistema del fútbol uruguayo. Es complicado.
—¿Qué lo hace tan complicado?
—El fútbol tiene muchas cosas complicadas. Tiene la lucha por el poder que tiene la actividad política normal. Tiene una pasión inentendible a veces: “¡Esto es Peñarol!”, o “¡esto es Nacional!”. ¿Qué quiere decir eso? Es una pasión que a veces está buena pero no sigue lo racional. Y además hay que agregar millones de dólares. Entonces metés todo eso en una licuadora, la prendés y te arroja todo lo que tenemos en este momento. Pero reitero que he conversado con personas de los dos grupos de clubes muy racionales y que tienen un claro interés y una clara voluntad de que los extremos no nos ganen y que podamos encontrar acuerdos.
—Cuando estuvo en la AUF dijo que el fútbol es más complicado que la política. ¿Lo mantiene?
—¡Cómo! No voy más al Consejo del Fútbol Profesional porque hay líneas que uno trata de no pasar. Tenés que contar hasta 50 para no calentarte. Hay cosas que se dicen que no podés creer que se digan. Y eso que fui abogado toda la vida, estuve en política, no me tendría que sorprender. Debemos bajar la pelota y privilegiar más a los que son del medio que a los que son de los extremos.
—¿Ni en el Parlamento vivió este tipo de enfrentamiento?
—El fútbol tiene esa cosa de que estás conmigo o estás en contra de mí. A mí en el Senado me tocó estar 10 años en minoría y el Frente Amplio me encajaba el 16-15 en el Senado todas las semanas. Pero cuando me necesitaban porque necesitaban dos tercios de los votos para algunas designaciones que establece la Constitución, me encontraron y logramos renovar dos veces la Corte Electoral y el Tribunal de Cuentas. Buscamos acuerdos y logramos designar al fiscal de Corte de la Nación y que no se nombraran los ministros de la Suprema Corte Justicia por antigüedad. Y era el Frente Amplio, con el MPP con mayoría. Fue más fácil encontrar aquellas soluciones que encontrar las soluciones hoy en el fútbol. Y allí se discutía de la República, del Uruguay. Yo negociaba con la señora Lucía Topolansky, y vaya si tenemos diferencias, pero por el Uruguay, por el funcionamiento de las instituciones encontrábamos los caminos para acuerdos. Y hoy no podemos encontrarlos en la AUF y en el fútbol porque todos se quieren pelear. Vas a las reuniones y son de una agresividad que no podés creer. A veces no entiendo nada.
—El gobierno ha elegido no involucrarse en ningún conflicto de la AUF. ¿Está de acuerdo?
—Por el propio estatuto de la AUF el gobierno no puede involucrarse. Puede tener un contralor administrativo de la forma jurídica adoptada por una liga o un club. El gobierno no debería hacer otra cosa. Quizás en otros tiempos, quiero recordar a Héctor Lescano, que era ministro de Turismo y Deporte, que dejó de serlo en episodios de involucramiento creo que del gobierno, según denunciaron otros en la prensa, no lo digo yo, justamente por cuestiones de derecho de televisión que esperemos que nunca vuelvan al Uruguay. En ese sentido creo que hace bien el gobierno en no meterse. Y eso ya es mucho. Si mirás para atrás, es mucho. No meterse es mucho pero mucho.
Deportes
2023-09-27T20:53:00
2023-09-27T20:53:00