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Laura Alonsopérez: “Cada trabajo sutil que hago con cada ser humano lo considero un tesoro”

La bailarina y coreógrafa, esposa del presidente de la República, Yamandú Orsi, presenta Tercer Fuerxa, un espectáculo de danza contemporánea que se estrena en abril en el Teatro Solís

Coordinadora de Sociales

Tercer fuerxa, obra de artes escénicas que se estrenó en Salinas en diciembre de 2023, propone al espectador un viaje vertiginoso de emociones por cada ciclo vital que culmina en una unión con un mensaje de humanidad y esperanza. El espectáculo surge de la metamorfosis de la vida de su creadora, en cuanto a la danza y a su propia existencia, a modo de homenaje a sus padres y a sus maestros, especialmente a su mentora, la bailarina y coreógrafa Graciela Figueroa.

Nacida y criada en Maldonado, Laura Alonsopérez manifestó desde niña una inexplicable pasión por la danza y un interés profundo por la creación de coreografías. A los 12 años, la separación de sus padres la llevó a mudarse a Montevideo con la condición de que finalmente pudiera estudiar danza. El vínculo con el departamento se revitaliza en cada encuentro familiar. Su apellido se remonta a la llegada a esas tierras de su bisabuelo Laureano Alonsopérez, un patriarca gallego con una numerosa familia de gran arraigo que impulsó el barrio San Rafael de Punta del Este, construyó un hotel y un club de tenis.

Los primeros pasos de Laura en la danza fueron en la academia Orlama y continuaron por distintos escenarios de baile y teatro hasta que descubrió el sistema de desarrollo integral Río Abierto que impartía Figueroa en su escuela. Así fue cómo la danza, en el correr de los años, se convirtió en un agente terapéutico y en alimento de su pasión.

Siendo docente en Maldonado conoció a su esposo, el actual presidente de la República, Yamandú Orsi, quien en esos momentos también daba clases de Historia. El camino hacia la maternidad fue largo y sinuoso a causa de un diagnóstico tardío hasta que finalmente, después de hacer “bien los deberes”, una fecundación in vitro logró que la pareja recibiera a los mellizos Lucía y Victorio. Al coincidir su embarazo con la disolución de la compañía de danza Grupo Espacio, que ella integraba, se dedicó a la crianza de sus hijos y a continuar con su trabajo solidario que mantiene en el anonimato tanto como se lo permiten las circunstancias.

En la familia han tratado de naturalizar lo más posible la carrera política ascendente de Orsi, de intendente de Canelones a presidente de la República, preservando la privacidad de sus hijos como una prioridad. Mientras tanto, Laura continua dedicando su tiempo a la docencia, especialmente dirigida a personas con discapacidad. En la charla con Galería, solicitó no hablar de nada referido al nuevo cargo de su esposo, ni al lugar que ella ocupa en esta nueva situación.

Con una trayectoria de 25 años como bailarina, destina toda la energía a la familia y a las funciones de Tercer fuerxa, que serán el viernes 25, el sábado 26 y el domingo 27 de abril en la Sala Zavala Muniz, del Teatro Solís.

Para celebrar el Día Internacional de la Danza, presenta su espectáculo Tercer fuerxa. ¿Qué significa el título?

Jugamos un poco con el masculino-femenino y en lugar de usar tercera elegimos tercer, que no tiene género. Y fuerza con equis es un homenaje a mi padre, su apodo era Xoco en gallego, el diminutivo de Joaquín. Él siempre fue Xoco, y ahora ya no está en este plano, fue una forma de homenajearlo, ya que el día mismo que falleció me tocó bailar y bailé. O sea que mi vida es la danza.

¿Y cómo surgió este espectáculo que viaja por las emociones?

Surgió después de muchos años de trabajo y de investigación. Bailé 17 años en el Grupo Espacio, con la directora Graciela Figueroa, que también es la directora de un sistema psicocorporal que se llama Río Abierto, creado por la psicóloga argentina María Adela Palcos. En un momento ellas se encuentran y Graciela pasa a ser la directora de Río Abierto en Uruguay y España. Entonces, cuando ella vuelve de trabajar en Brasil, crea la compañía Grupo Espacio y yo no solo hago los tres espectáculos que estrenamos en el Solís, sino que además hago la formación de terapeuta corporal durante cuatro años. Y ahí comienzo a unir, como hacía Graciela en sus épocas, ese sistema con la danza.

¿Por ejemplo?

Una de las cuestiones que trabajamos es la falsa personalidad, aquella que nos van construyendo cuando vamos creciendo. Por ejemplo, hasta el día de hoy con una de mis hermanas decimos que “yo era la flaca y vos eras la gorda”. ¿Por qué? Decimos “la gorda, la gorda… La flaca, la flaca…”. Esas son cosas que nos van marcando en nuestra personalidad y después somos eso.

Comienza con un apodo cariñoso y después queda para toda la vida como una etiqueta.

O cuando dicen “ella es fatal” o “ella es tan tímida…”, cualidades de tu personalidad que van haciendo de ti lo que tú vas construyendo.

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Elenco de Tercer fuerxa: Martín Bonilla, Lucía Alfonso, Daniel Chestak, Ana Clara Martínez, Andrea Martínez Meliá, Laura Alonsopérez y Catalina Thölke

Elenco de Tercer fuerxa: Martín Bonilla, Lucía Alfonso, Daniel Chestak, Ana Clara Martínez, Andrea Martínez Meliá, Laura Alonsopérez y Catalina Thölke

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El espectáculo se presentará en la Sala Zavala Muniz el viernes 25, sábado 26 y domingo 27 en el marco del Día Internacional de la Danza

El espectáculo se presentará en la Sala Zavala Muniz el viernes 25, sábado 26 y domingo 27 en el marco del Día Internacional de la Danza

Y marcan a las personas no siempre para bien…

Exacto. Entonces, este sistema da la posibilidad de darnos cuenta de que no somos ni blanco ni negro. Tiene que ver con las polaridades, no sos ni tan bueno ni tan malo, no sos ni tan gordo ni tan flaco, no sos ni tan lindo ni tan feo.

¿Y por qué sucede eso?

Porque existe la esencia. Si nosotros vemos la esencia como el punto central de la personalidad humana, esa esencia puede oscilar entre las cualidades, pero no dispararse hacia ellas. Porque si te digo “qué buena que sos, qué buena, qué buena”, cuando seas mala, te vas a pasar para el otro lado y será una maldad horrible, porque siempre fuiste la buena y te enseñaron que eras la buena. Entonces acá trabajamos algunos de esos parámetros de la falsa personalidad, de las víctimas y los victimarios. ¿Cuándo somos víctimas y cuándo somos victimarios? Ahí también hay una polaridad, cuando uno dice “¿por qué a mí me toca esto?”. Y bueno, me toca porque hay algo que yo tengo que trabajar, y trabajarlo distinto. Siempre me dijeron que era mala entonces tengo que trabajar el ser buena, ¿y cómo hago? Y saco esa “tercer fuerza”, que es la que desde la esencia va a poder ayudarme a crecer. ¿Qué es lo que hace el ser humano desde que nace? Empieza a crecer. Y crecemos como podemos, con lo que nos van diciendo.

De manera inevitable, crecemos biológicamente pero, ¿crecemos en lo emocional?

Nuestra personalidad va siendo afectada por lo que los adultos ven en ti, ya sean docentes, familiares… Crecemos con etiquetas que después nos cuesta mucho desaprender. Si a ti siempre te dijeron que eras fatal, ¿cómo haces después para revertir esa forma de ser? No quiere decir que todo el mundo pase por este trabajo. Solo digo que a mí, personalmente, como Laura Alonsopérez bailarina, trabajar con este método me hizo muy bien en mi vida personal.

¿Por qué empezó a bailar?

Amo la danza desde la niñez, no sé de dónde la traigo. De niña hacía coreografías con la música de los discos de pasta junto conmis hermanas y mi prima. Recuerdo que en la escuela a mamá le preguntaban dónde iba a hacer danza y yo no iba a ningún lado. En Maldonado había una sola profesora, me llevaron una vez y nunca más. En esa época llevar y traer complicaba mucho.

¿Y qué pasó después?

Tuve un quiebre en mi vida, mis padres se separaron a mis 12 años. Entonces hice un pacto con mi madre, voy a vivir a Montevideo si voy a danza. Comencé a ir a la academia Orlama y bailé muchos años ahí.

Lo que yo no encontraba era, como le puede pasar a un artista plástico, la línea de trabajo, porque no era ni el teatro ni la danza, en aquel momento todavía la danza contemporánea era incipiente. Cuando vi un espectáculo de Graciela (Figueroa), después de haber hecho danza y teatro y no encajar en ninguno de los dos lugares, dije “esto es lo que quiero hacer”. Intento 0 se llamaba el espectáculo que vi en el Solís. Al otro día estaba en el Espacio de Desarrollo Armónico, hasta que terminé bailando 17 años ahí. Primero tomé clases, después quedé en el Grupo Espacio e hice la formación, una vida entera en el Espacio.

Siento que Graciela me miró con una mirada profunda y lo hizo más trabajando en las cualidades y a su vez trayendo un material expresivo, y eso es muy importante, porque no solo estás construyendo y creando cultura, danza, sino que también estás tallando y puliendo dentro tuyo y dentro del otro también. Porque yo también estoy dentro y fuera del espectáculo, que es difícil estar en ambos lugares.

Nuestra personalidad va siendo afectada por lo que los adultos ven en ti, ya sean docentes, familiares… Crecemos con etiquetas que después nos cuesta mucho desaprender. Si a ti siempre te dijeron que eras fatal, ¿cómo haces después para revertir esa forma de ser? Nuestra personalidad va siendo afectada por lo que los adultos ven en ti, ya sean docentes, familiares… Crecemos con etiquetas que después nos cuesta mucho desaprender. Si a ti siempre te dijeron que eras fatal, ¿cómo haces después para revertir esa forma de ser?

¿Qué importancia tiene la creación en su vida?

La creación es muy importante en cualquier trabajo. Esta creación que es Tercer fuerxa está basada en un montón de parámetros del sistema Río Abierto y también en cada uno de los bailarines actores. En esta propuesta voy viendo en qué momento son víctimas, cuándo son victimarios, qué personaje saco en determinado momento de mi vida… Por decirte algo, cuando alguien viene y me ataca, ¿qué hago?, ¿me enfrento o me achico? Ante esas cuestiones de la vida, que son cotidianas, voy viendo cómo nos vinculamos, cómo llegamos al otro.

¿Tercer fuerxa es la representación de su vida?

Mi sobrino, que tiene 24 años, me dijo: “Lo que hiciste, Laurita, fue como tu vida”. Fue como si él hubiera visto mi vida pasar por allí. Él fue a ver todas mis obras desde los cuatro años, cuando hacía teatro en Maldonado. Entonces que él me diga eso después de haber visto todos mis espectáculos lo tomo como algo muy válido. Y si me pongo a pensar, es un cierre de toda una trayectoria de creación de ese grupo de Graciela Figueroa, que fue muy importante en mi vida no solo en lo artístico, sino también en mi vida afectiva, en mi vida toda. La formación uno la hace primero para uno mismo y después para los demás, y durante la formación pasan cosas increíbles. Incluso trabajé mucho ser madre porque la maternidad me costó mucho y ahora tengo unos mellizos hermosos, Lucía y Victorio. Y en esos encuentros trabajé mucho el tema de la maternidad.

¿Cómo formó su equipo de bailarines?

Estoy muy orgullosa del equipo que formé, somos siete entre hombres y mujeres, y todos de la zona (Marindia, Neptunia, Salinas, Pinamar), lo que facilitó mucho el trabajo. Me llevó tiempo armarlo pero somos un grupete que cuando nos juntamos en las reuniones sociales no queremos que se acabe. Lo pasamos muy bien arriba y abajo del escenario.

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¿Tercer fuerxa es un espectáculo integral?

Graciela nos llamaba grupo de artes escénicas porque en realidad reunimos canto, percusión, danza, teatro, es un espectáculo integral con un timing adecuado de 45 minutos intensos. Lo vivís. Tiene algo en lo que te podés ver identificado: en un momento, en un personaje o en una situación. Son ciclos de vida que vamos mostrando desde un nacimiento hasta la muerte, que empieza y termina como un loop que lo podríamos repetir infinitas veces. Hay gente, por ejemplo, que se va con ganas de bailar, otros lo sienten desde un aspecto terapéutico, otros ni siquiera se animaron a escribir después de ver la obra y hubo quienes escribieron cosas preciosas. Tuvimos devoluciones muy bonitas y variadas. Nuestra generación es más emocional y las más nuevas vienen sin mochila, entonces lo ven con otra mirada.

¿Esta obra también es un homenaje a su mentora Graciela Figueroa?

Sí, tiene partes de homenaje a Graciela y partes de homenaje a nuestros padres. Siento que están nuestros padres y nuestros maestros. Siento que hay que saber agradecer a la vida y a cada uno de nuestros maestros, desde el más pequeño al más grande, abrazar todas nuestras partes. Quisiéramos llevar este espectáculo a todos lados porque es posible representarlo en cualquier lugar, solo necesitamos un aparato de música y nuestro grupo. Podemos hacerlo en un teatro, al aire libre, en una escuela, en una cancha de básquetbol. Y así ha sido concebido. El día que me inviten a algún lugar, sea cual sea, podré decirles que sí.

De hecho, se estrenó en esta sala del Centro Cultural Salinas.

La obra nació en un salón ensayando y la íbamos a estrenar en el skatepark de enfrente, pero llovió, entonces la directora nos prestó el salón con una luz natural increíble. Y gracias a una grabación que alguien hizo con un celular nos pudimos presentar en el festival del MACA (Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry) en 2024.

Siento que hay que saber agradecer a la vida y a cada uno de nuestros maestros, desde el más pequeño al más grande, abrazar todas nuestras partes. Quisiéramos llevar este espectáculo a todos lados porque es posible representarlo en cualquier lugar, solo necesitamos un aparato de música y nuestro grupo. Siento que hay que saber agradecer a la vida y a cada uno de nuestros maestros, desde el más pequeño al más grande, abrazar todas nuestras partes. Quisiéramos llevar este espectáculo a todos lados porque es posible representarlo en cualquier lugar, solo necesitamos un aparato de música y nuestro grupo.

Fue docente de la escuela de teatro que dirigió Roberto Jones. ¿Cómo fue esa época?

Es un maestro, lo amo. Nos entendíamos, le gustaba mi forma de trabajar con los gurises y me daba para adelante. Trabajar en teatro con adolescentes no es fácil porque muchas veces el adolescente que hace arte dramático se va hacia la oscuridad. Entonces, Roberto me decía que lo bueno de mis clases era que ellos se iban contentos. Y eso es lo que yo he aprendido en cada clase que he dado, jamás he mandado a nadie al frente. Yo te mando a hacer una coreografía y, si no te sale un giro, te pongo otra cosa y no te expongo. Yo trabajo en base al material humano que tengo, como hacía Graciela, porque no todos tenemos las mismas capacidades. Graciela fue una pionera de la danza contemporánea, no solo en Uruguay, también en Brasil, y con 81 años la han llamado del Sodre y ha podido hacer sus creaciones. Es una gran maestra de maestros. Yo me siento muy orgullosa de seguir —humildemente— una línea de trabajo que considero que une el sistema Río Abierto con la danza. Entonces, en ese unir la transformación de la persona a través de la danza, de utilizar a cada artista como lo que es, primero un humano, después un artista, poder dar herramientas para que esa persona no solo trabaje para un espectáculo, sino para que pueda llevarse cosas para la vida, como me pasó a mí, a mí lo que más me interesa del arte, de la danza, es lo que pueda llegar a transformar a las personas.

Esa transformación personal a través de la danza la ayudó a ser madre. ¿Cómo fue?

Lo de ser madre se complicó por un diagnóstico que duró mucho tiempo en concretarse. Finalmente, el embarazo fue producto de una fertilización in vitro.

Habrán sido momentos de mucha ansiedad

Siempre resalto la importancia de un diagnóstico a tiempo. Estuve muchos años de mi vida sin tener el diagnóstico correcto, haciéndome un seguimiento folicular, haciéndome de todo, hasta que a alguien se le ocurrió ver cómo estaba el nido… Las trompas estaban mal.

Después hice muy bien los deberes, dijera la doctora, y tuve mellizos de 38 semanas. Llegué caminando a hacerme la cesárea programada, con una barriga gigante. Ahora son dos soles de 12 años que empezaron el liceo, son la luz de mis ojos.

¿Cómo influyó su maternidad en su trabajo?

Por algo después vino Tercer fuerxa. Después de ellos, esta es la creación que logro hacer con todo ese bagaje, que me aterrizó mucho y trabajé para que se diera. Hay causas por las cuales uno va llegando a los propósitos de la vida.

¿Y cómo la danza la ayudó en la maternidad?

No hay casualidades. Fue increíble, pero cuando terminó de funcionar el Grupo Espacio quedé embarazada.

¿Se cerró una etapa para empezar otra?

Estaba en el Grupo Espacio al mismo tiempo que quería ser madre, pero dio la casualidad de que cuando prenden los embriones el Grupo Espacio ya no existía. Entonces tuve todo ese tiempo dedicada a la crianza y a trabajar en otras cosas. Soy docente en el área de discapacidad. Me formé primero en DanceAbility, método creado por el norteamericano Alito Alessi, que es una danza que todos podemos bailar. Hice varios talleres con él, pero no hice la formación que te da el certificado. También durante dos años estuve en la ONG (organización no gubernamental) de Shangrilá Centro DIES trabajando con personas con discapacidad intelectual que están institucionalizadas desde que nacieron.

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Tercer fuerxa propone un viaje vertiginoso de emociones

Tercer fuerxa propone un viaje vertiginoso de emociones

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Esta obra de artes escénicas es un homenaje a padres y a maestros, especialmente a la bailarina y coreógrafa Graciela Figueroa

Esta obra de artes escénicas es un homenaje a padres y a maestros, especialmente a la bailarina y coreógrafa Graciela Figueroa

¿Cómo fue esa experiencia?

Fue muy lindo ese trabajo. Y en Maldonado también trabajé con una ONG en una escuela de sordos. La discapacidad es algo que siempre me atrajo. ¿Viste que se viralizó un video con un niño autista? Trabajé con él sola durante un año. Si bien tengo la formación como terapeuta corporal, no tengo una especialidad, pero me gusta trabajar con el ser humano. Es algo vocacional, realmente. Cada trabajito,cada cosa pequeña y sutil que hago con cada ser humano lo considero un tesoro. Porque hay una cosa muy frágil cuando uno entra realmente en la otra persona. Por eso te digo: yo me he transformado mucho gracias a este trabajo. Yo no era así, logré llegar a ser así transformándome. De repente en otro momento capaz que se me hacía un nudo en la garganta y no te podía hablar.

¿Era tan así de que no podía hablar?

De tan sensible, no podía ni hablar. Una compañera de Grupo Espacio decía: “Cuando Laurita empieza a hablar siempre llora”. Tenía que ver con no dejar pasar el sentimiento sin que me agobie. Soy un ser sensible, me pasan cosas, soy de carne y hueso, hay días en que estoy triste, otros estoy alegre, no soy siempre igual. Pero no tengo que dejar que me atrape la emoción, sino que la emoción sea una parte de mi vida y no sea todo. Muchas veces eso me jugó una mala pasada. Cuando, por ejemplo, iba a trabajar a mi escuela pública de Maldonado con 900 niños, lo hacía con todo mi amor y después terminaba muerta. Pero fui trabajando todo ese potencial que traía, que ni yo podía bancar. No lo podía encauzar. Me costó mucho crecer. Mi hija de 12 años me dijo: “¡Cómo cuesta crecer!”. A mí me costó darme cuenta de que dolía crecer y ella se dio cuenta al toque. En su primer día de liceo me dijo cosas que no olvidaré.

¡Qué lindo que se pueda expresar así con su madre!

Sentí que ella se quería expresar y le di el momento, y ahí me largó el moco. Me dijo cómo extrañaba la escuela, a ciertas compañeras, y ahora conseguimos ayuda. Además, estamos viviendo un momento particular en lo familiar y eso influye en todo. Si bien nosotros naturalizamos mucho nuestra historia, no es común. Dentro de lo natural, le damos la relevancia que tiene, sobre todo en lo humano. Lo que más me importa es preservar a mis hijos.

¿Cómo son Lucía y Vittorio?, ¿seguirán sus pasos?

Ella quiere ser maestra, le encantan los niños chicos, es bien Susanita, pero le gusta más el hip-hop, es más de la danza urbana. A veces es difícil encontrar profesores, pero la vamos llevando. Y al varón le gusta el fútbol, juega en el Club Neptunia. Ahora jugó en un campeonato de (Diego) Forlán, no es de los equipos que más destaca, pero le encantó jugar.

¿Y en la actualidad da clases de danza?

En realidad doy movimiento expresivo, que incluye a todas las personas. En este momento estoy un poco en stand by, por la temporada y porque estoy viendo cómo seguir mi trabajo.

¿Cuál es la importancia de celebrar el Día de la Danza?

Yo vengo de una época anterior en la que los 29 de abril todas las escuelas de danza nos juntábamos a hacer un homenaje a la danza. Los teatros abrían sus puertas y se bailaba. Ahora creo que se dejó de hacer. Tendríamos que invitar a bailar distintos estilos o hacer una maratón, para que la danza tenga más visibilidad, porque dentro de las artes escénicas es la que menos visibilidad tiene. Por otro lado, estoy contenta con que se hayan creado las escuelas en el Sodre, el IPA, las carreras donde los jóvenes pueden formarse para dar clase con títulos. Antes no existían, nosotros nos formábamos como podíamos, con talleres.

¿Qué le diría a un potencial espectador para que vaya a ver Tercer fuerxa?

Le diría que se animara a ver un espectáculo de danza-teatro diferente, que incluye las artes escénicas y es para todo público. Mi expectativa es que las personas se sientan identificadas, que se diviertan, que se emocionen y que cada uno pueda llevarse algo nuevo.El mensaje es la identificación, que todos somos uno a pesar de que cada historia sea diferente. Finalmente, todas las historias, tanto del espectador como las nuestras, forman una sola historia.

Tercer Fuerxa.Sala Zavala Muniz, viernes 25 y sábado 26 de abril, a las 20:30 h, domingo 27, 18:30 h. Dirección general, artística y coreografía: Laura Alonsopérez. Elenco: Lucía Alfonso, Laura Alonsopérez, Martín Bonilla, Daniel Chestak, Ana Clara Martínez, Andrea Martínez Meliá y Catalina Thölke. Entradas a 650 pesos por Tickantel y en boletería.