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Todo lo que quiso saber sobre gimnasia artística y no se atrevió a preguntar

De Nadia Comaneci a Simone Biles; la experta uruguaya en gimnasia artística Romina Castellini explica uno de los deportes más atractivos de los Juegos Olímpicos

Cada cuatro años, pasa la misma pequeña historia dentro de una gran historia llamada Juegos Olímpicos (JJ.OO.). La gimnasia artística, sobre todo la femenina, acapara la atención de todo el mundo. Todos evocan a la rumana Nadia Comaneci, todos están atentos con la norteamericana Simone Biles. Luego de semejante fulgor, volverá al ostracismo internacional, hasta que el ciclo se repita.

No es así para todos. Romina Castellini (34) lleva este deporte en la sangre. Fue gimnasta a nivel de clubes hasta que cumplió 15 años. En 2006 se hizo jueza; comenzó siéndolo a nivel nacional y desde 2017 trabaja de forma internacional. También es parte del cuerpo técnico femenino de la Federación Uruguaya de Gimnasia (FUG). “Estamos a cargo de la organización de los torneos, los cursos de jueces, las premiaciones, los reglamentos, ¡toda la parte burocrática!”.

Para ella, la gimnasia artística “está entre el segundo o tercer deporte más visto en el mundo durante los JJ.OO.”, peleando la ubicación en el podio con el atletismo y la natación. “Es de los que produce más revenue (ingresos), de los que más atención genera en Estados Unidos, que es un país clave. Sí es cierto que más allá de este tipo de eventos, no tiene tanta difusión por fuera de la comunidad artística”, dice a Galería. “La gente de la Federación Internacional de Gimnasia (FIG) está intentando crear un negocio sostenible”, añade.

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Romina Castellini fue gimnasta y ahora es jueza internacional

Romina Castellini fue gimnasta y ahora es jueza internacional

A pesar de que sea “lindo”, “estético”, “admirable” de ver, Romina dice que en realidad es un deporte “muy técnico y muy difícil de entender” más allá de lo básico. En resumen, es difícil darse cuenta de por qué una gimnasta gana o pierde. Para los ojos no entendidos (la inmensa mayoría), una atleta puede haber girado más o menos, caerse mejor o peor, y no por eso tendrá más o menos puntuación. “A la gente que está por fuera le cuesta entender eso y lo que atrae de los deportes es la ‘narrativa’, lo que hay detrás de cada cosa, de cada participante, contar detalles de su vida, por fuera de la gimnasia o las rutinas. En las transmisiones está bueno resaltar eso. Yo lo hago cuando me invitan, darles una personalidad a los competidores”.

Por fuera de los JJ.OO., la gente interesada sabe dónde acudir para estar informada de lo que pasa en este deporte. Ella hace su aporte: a través de su blog Mundo GAF, difunde y explica todo lo relacionado con la gimnasia artística femenina. Además, es fuente de consulta de los medios uruguayos, que con el tiempo aprendieron que poner al periodista deportivo (de fútbol, bah) de renombre a opinar sobre gimnasia artística era poco serio.

Simone Biles: la mejor de todos los tiempos

El domingo todo el mundo estaba esperando ver la actuación de la norteamericana Simone Biles (27), quien con 37 medallas entre olímpicas y mundiales es la gimnasta más laureada de toda la historia. Su debut ese día fue por todo lo alto y, al menos por esa jornada, demostró que la diferencia con el resto es sideral. "No es solo una gimnasta destacada. Es una atleta destacada. Mucha gente por fuera del deporte reconoce su cara y eso es algo muy difícil de lograr”, es una de las descripciones que Romina Castellini hace de ella. Tiene otra mucho más simple: “Es la mejor de todos los tiempos”.

Esto último, admite, puede ser polémico. Simone compite con la figura histórica de Nadia Comaneci, la rumana que a los 14 años, en los JJ.OO. de Montreal 1976, logró el primer 10 perfecto de la historia. Eso y el huir de su país a Estados Unidos en tiempos todavía de Guerra Fría contribuyeron a la "narrativa", apelando al concepto de Romina. “Son las dos grandes referentes, sin duda”.

Más allá de su destreza, Simone Biles fue el centro del mundo en los anteriores JJ.OO. de Tokio por poner sobre el tapete temas vinculados al abuso y la salud mental. “Ella ayudó a conocer la otra cara de la gimnasia artística, lo difícil que es entrenar, todo lo que pasa tras bambalinas. Sufrió de twisties, una afección de gimnastas en la que tu cabeza queda ‘trabada’ y te afecta la movilidad. Es algo común, pasa aun a niveles básicos. Yo siento que ella puso sobre la mesa lo difícil que es entrenar a alto nivel y toda la presión que tenía encima, además de que le dispararon un montón de recuerdos traumáticos. No lo pudo soportar y bajarse fue la mejor decisión. Estuvo bueno porque puso en primera plana la salud mental, qué tanto puede valer una medalla por encima de tu propio bienestar”.

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Biles se refirió al abuso que por años sufrieron ella y otras compañeras por parte de un médico del equipo de gimnastas de Estados Unidos. Luego de ello, otras denuncias similares se sucedieron. “Yo no diría que la gimnasia artística es más proclive que otros deportes a estas situaciones”, puntualiza Romina. “Sí diría que cualquier deporte en el que hay niños, niñas y adolescentes sin que haya protocolo ni un marco regulatorio que los proteja, y a su vez falte una formación a los adultos responsables, es proclive a los abusos. Siempre en los ambientes con mucho acceso de adultos a menores, donde no haya reglas al respecto, puede darse eso”.

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Gimnasia artística para no entendidos

La gimnasia artística comenzó en el programa olímpico desde los inicios de la era moderna, en Atenas 1896. La gimnasia rítmica, con la que se la confunde habitualmente, recién adquirió ese estatus en Los Ángeles 1984. “Para diferenciar fácilmente, la artística se hace sobre los aparatos, suelos, salto o barra, y la rítmica con los aparatos en mano, pelotas, cinta o aro. Muchos se confunden también porque por años la única olímpica era la artística; además, en las dos hay un componente de arte”.

La gimnasia artística tiene una rama masculina y otra femenina. La primera tiene seis pruebas y la segunda, cuatro. Hay dos en común: el ejercicio de suelo y el salto de potro. Las mujeres también compiten en barras asimétricas y barra de equilibrio. Los varones suman caballo con arcos, anillas, barras paralelas y barra horizontal. El all around es la competencia general individual.

La calificación no pasa por girar más lindo o caer con más garbo. “En la gimnasia se puntúa, por un lado, la dificultad y, por otro, qué tan bien lo ejecuta. Son dos notas separadas. La ejecución parte de una nota de 10 puntos y se le van descontando los fallos. En la femenina, además, en el suelo y el potro se mide la parte artística: la expresión, la conexión con la música, la coreografía. En los varones, como el ejercicio de suelo no tiene música, eso no es relevante”, afirma Romina.

A diferencia de otros deportes, en la gimnasia artística la modalidad femenina tiene más marketing, más peso, más sponsors y más participantes. “Es una de las pocas disciplinas en las que pasa eso”, dice la jueza internacional. Esto refuerza estereotipos: las mujeres están más asociadas a lo artístico que los hombres, y los hombres más relacionados a la fuerza. El hecho de que no haya música ni coreografía en la variante suelo masculina hace que eso sea más notorio.

Además, vale la insistencia, es un deporte realmente complicado de entender: “Hay un código de puntuación, que es como un libro para puntuar, ¡como una tabla periódica! Hay movimientos clasificados y codificados, cada uno de ellos con un punto. Vos los elegís y con ellos armás tu rutina. En las mujeres, que hay coreografía, hay elementos casi de ballet, como giros a media punta, saltos, aperturas de piernas. Un varón hace poco quiso hacer algo así, presentar en su rutina un salto gimnástico como el del ballet, y no se lo reconocieron”. Lo dicho: hay estereotipos muy arraigados.

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Simone Biles en una de sus actuaciones en los Juegos Olímpicos Paris 2024.

De Uruguay al mundo

Los gimnastas, y sobre todo las gimnastas, entrenan desde muy chicos, cuatro o cinco años. Dice Romina que hasta el 80% de las chicas deja antes de cumplir los 14 años. La carga horaria es grande e incluye ejercicios de piernas, fuerza, flexibilidad o danza. “El entrenamiento es muy completo y de mucha precisión, duro sobre el cuerpo. Desde chicos los entrenamientos son de entre 10 y 15 horas por semana”. Y si bien es un deporte de riesgo, muy acrobático, en el que los ligamentos de la rodilla sufren por las rotaciones y las articulaciones por las repeticiones, “las lesiones graves son muy pocas”, asegura la experta.

En el mundo femenino, añade, Estados Unidos es la principal potencia. Le siguen Brasil, Italia, Francia, Canadá, China y Japón, para luego dejar lugar a un tercer escalón, que incluye a Países Bajos, Gran Bretaña, Corea del Sur y México (que llegó con tres competidoras pero no como equipo). Rumania, otrora superpotencia, vuelve a los JJ.OO. luego de 12 años de ausencia. En el mundo masculino, entre China y Japón se disputarán la cima, con Ucrania y Turquía balconeando. Castellini precisa que Rusia históricamente es top en ambas modalidades, pero su actuación está prohibida por el Comité Olímpico Internacional (COI).

Uruguay está lejos. “Durante el año, en cada una de las distintas fechas de los torneos de la FUG, compiten alrededor de 500 gimnastas en todos los niveles. La relación entre el universo femenino y el masculino es de 10 a 1, aproximadamente. Pero hay mucha actividad por fuera de la Federación, luego de la pandemia hubo más interés en hacer eventos”, dice la especialista. Para ella, es un “muy buen número” para ser un deporte básicamente individual.

Según la experta, hay unos 15 clubes federados A, que permiten competir a nivel avanzado, en todo el país. “Están concentrados sobre todo en Montevideo y Maldonado. La FUG quiere cambiar esa realidad, pero lo cierto es que tenés que tener una masa crítica que amerite montar semejante inversión para otros lugares”, explica. Entre pedanas (estructura elevada), fosos (“piscinas” de colchones), aparatos para entrenar, barras, trampolines y toda la infraestructura necesaria, hay que pensar en una base de cien mil dólares, calcula. El mejor lugar del país es el Gimnasio Salvador Mauad de Canelones, donde entrena la FUG y el equipo de la Intendencia de Canelones. “Es el lugar más completo, pero no tiene foso”, precisa Romina.

A nivel sudamericano, se compite bien en niveles infantil y juvenil en femenino, dice la jueza. No hay una gimnasta senior para medirse internacionalmente. “Vamos a esperar al próximo ciclo olímpico, para formar generaciones, trabajar en una lógica de equipos y no tanto individuales”. En varones, el más destacado de toda la historia es Víctor Rostagno (25), con dos bronces panamericanos en Sucre 2016 y seis medallas sudamericanas, incluyendo un oro en suelo en Lima 2015. “Hoy también tenemos chicas entrenando en China, como parte de planes de intercambio de la Secretaría Nacional del Deporte (Senade)”, añadió, mirando a futuro.

Todo sobre gimnasia artística

En 2020, Romina Castellini comenzó la aventura de Mundo GAF. Arrancó un domingo, sin pensarlo demasiado, y creció. “Empezó como un proyecto personal, a partir de mucha gente que me pedía datos de torneos. Había mucha información en inglés y portugués que a veces se perdía por la barrera idiomática o lo que fuera. Y como yo siempre fui fuente de consulta, simplemente lo formalicé”, describe.

Hoy tiene unos 500 suscriptores. Accede más gente de Argentina que de Uruguay, pero también de Estados Unidos, España y de todos los países de América Latina. Originalmente se limitaba a ser una columna semanal, pero luego incluyó datos de torneos y artículos analíticos más profundos. “No solo me interesa llegar a entendidos. Mi interés es que venga cualquier persona que quiera saber de esto, que sepa que hay un lugar en español para leer sobre gimnasia artística y averiguar un paso más sobre este deporte”.