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    Uruguay perdió 7.500 productores familiares en 16 años, informó el MGAP, que impulsa plan oficial

    El trabajo “no remunerado” tiene un “sesgo femenino”, con 2.840 mujeres (75% del total), indica la consultoría

    En 16 años (2006-2022) el sector agropecuario uruguayo perdió 7.500 productores familiares, 5.500 estaban dedicados a la producción de frutas y hortalizas y 2.000 a la ganadería, según un informe del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), con base en información de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

    Entre otras datos relevantes, el trabajo al que accedió Agro de Búsqueda indica que el “peso” de la producción familiar, medido por el valor total de lo producido, llega al “14% del total” del agro, lo que se distribuye en algo más de la mitad de lo producido en la horticultura, el 35% en la fruticultura, el 43% en la apicultura, el 20% en la lechería y el 10% en la ganadería bovina.

    Según la normativa legal, el productor familiar es el que explota un predio de hasta 500 hectáreas con un índice de productividad Coneat 100, con ingresos nominales familiares inferiores a 14 BPC (Base de Prestaciones y Contribuciones) promedio mensual ($ 86.478) y reside en un lugar que se ubica en hasta 50 kilómetros del campo.

    El trabajo del MGAP muestra que en 2011 hubo un pico de aumento en la cantidad de productores familiares ganaderos y frutihortícolas, luego se mantuvo una cierta estabilidad, con algunos años en baja, y en 2020 se profundizó la disminución en el número de productores, tanto con trabajadores como los que no los tenían.

    La caída fue más pronunciada en ese año, cuando comenzó la pandemia del Covid, en el caso de los productores hortifrutícolas y ganaderos que no tenían trabajadores contratados.

    La consultoría realizada por Martín Sanguinetti y Martín Santesteban, que tuvo como contraparte a la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa), revela entre las principales conclusiones algunos cambios significativos en la estructura y otras características de este renglón del agro en Uruguay.

    El estudio técnico se elaboró en el marco del Plan Nacional de Agricultura Familiar 2024-2028, que presentó el MGAP el jueves 12 de junio, y que establece una serie de acciones legales e institucionales parar impulsar al sector, apoyar a la juventud rural, fortalecer las organizaciones de productores, mejorar el bienestar y la inclusión socioeconómica, entre otras.

    En el informe “no se consideró la silvicultura, porque capta otra población distinta a la producción familiar; ni la pesca, por falta de representatividad estadística”.

    Ocupados, no remunerados y más

    La población total en hogares con características de producción familiar es de “81.518 personas” y el “29% del empleo agropecuario corresponde a la producción familiar”, con “40.000 ocupados”, según el informe.

    Aclara que para estimar el trabajo en la agricultura familiar es necesario captar la población que trabaja en las tareas productivas y que las estadísticas de empleo no captan.

    Se incorporó el trabajo “no remunerado” y personas mayores de 14 años que se declaran inactivas, excluyendo a jubiladas, pensionistas y estudiantes, que en la ECH figuran como personas que realizan tareas del hogar.

    Hay “31.003 productores con ingresos” y “3.862 personas productoras sin ingresos”, que “son miembros del hogar no remunerados, de los cuales 2.842 corresponden a la ganadería y 1.020 al rubro hortifurtícola”, indica.

    Los ganaderos de perfil familiar representan 30% del total, ocupan 9% de la superficie y 10% de la producción física nacional, según el informe.

    Muestra que el total de asalariados vinculados con la producción familiar es de 5.361 y además hay unas 3.780 personas en actividad, bajo la definición ampliada de empleo, que incluyen tareas del hogar.

    Hay 37.511 personas que viven en el predio rural y no trabajan en la producción familiar, que refiere concretamente a menores de 14 años, mayores de 14 años que estudian, jubilados y pensionistas, conforme con el estudio sectorial, fechado en junio de este año.

    Las categorías de ocupación utilizadas en el mismo son: cuenta propia sin trabajadores asalariados y patrones con hasta tres trabajadores asalariados o no remunerados.

    Otros datos relevados por Opypa muestran que hay 21.236 hogares de productores familiares que figuran como cuenta propia, de los cuales 15.627 son ganaderos y 5.689 se dedican a la hortifruticultura; mientras que la cantidad de productores con personal a cargo es de 4.588, de los cuales 3.471 hacen ganadería y 1.117 producen frutas y/o hortalizas.

    Eso resulta en un total de 25.904 hogares de productores con características de familiares, de los cuales 19.098 son ganaderos y 6.806 del rubro hortifrutícola, indica.

    Uno de los “mensajes” de la consultoría “evidencia que el empleo, medido en su forma tradicional, es una medida acotada para identificar la población vinculada a la producción familiar, que implica un universo sensiblemente mayor”. “Esto abre la posibilidad de profundizar sobre las características de esta población: ingresos, pobreza, nivel educativo”, entre otras, advierte.

    Sexo y valor

    El trabajo “remunerado” en la producción familiar está compuesto en un “76% de varones y 26% de mujeres”. Al considerar a los “no remunerados” esa participación cambia a “69% de varones y 31% de mujeres”; y si se incorporan a los “inactivos” que hacen las tareas del hogar, resulta en “62% varones y 38% mujeres”.

    Un dato destacado en el mismo es que el trabajo no remunerado tiene un “sesgo femenino”, con 2.840 mujeres que abarcan el “75% del total” de no remunerados.

    Los productores familiares frutícolas representan en torno a un tercio del volumen y del valor de producción frutícola, sin incluir a los cítricos, y considerando un total de 101.867 productores frutícolas, de los cuales 35.232 son familiares, indica.

    Señala que el valor de la producción frutícola pasó de US$ 431 millones en 2018 a US$ 848 millones en 2022, en tanto que si se considera al total de productores del sector el valor aumentó de US$ 1.673 millones a US$ 2.450 millones en el período.

    Los ganaderos de perfil familiar representan 30% de los productores pecuarios del país, 9% de la superficie y 10% de la producción física nacional, según el informe.

    Y muestra que los productores lecheros familiares representan el 58% del total de tamberos, abarcan el 25% del área en explotación y 20% de la producción láctea.

    Desafíos para la producción familiar

    La repartición ministerial advirtió algunos desafíos para la producción familiar, que están contemplados en el plan oficial presentado por el MGAP, entre los que se encuentran las “brechas de productividad en la fase primaria y en eslabones industriales”, así como “oportunidades de mejora”, por lo que “el precio al productor podría ser mayor en algunos casos”, al igual que la productividad.

    Hay “escasa formación de los recursos humanos ocupados” en el sector rural, algo que puede ser un “freno a la adopción tecnológica y al desarrollo productivo agropecuario”, señaló. Y destacó que “dos de cada tres personas ocupadas alcanzaron como máximo la educación primaria”.

    Otro tema que juega en contra de este renglón de productores es el “envejecimiento” de la población. Se visualizan “obstáculos para el recambio generacional”, por lo que es necesario “mejorar el acceso a los servicios, como suministro de agua, servicios de salud, conexión a Internet y caminería”.

    Opypa plantea el tema de la “nueva ruralidad” en referencia a nuevas tendencias sociales y productivas que son “heterogéneas”, por lo que “exigen el acompañamiento de políticas públicas con una mirada local”.

    Un desafío no menos relevante es la “baja adopción de tecnologías de información y comunicación agropecuarias” y el “escaso conocimiento de herramientas digitales”, advierte.