El embajador de Uruguay en Brasil, Guillermo Valles, dijo ser “un europeísta convencido”, por la experiencia internacional de la paz a través del comercio, de la producción, de la integración regional, que “es evidente en Europa”.
El embajador uruguayo en Brasil dijo ser “un europeísta convencido” y lamentó la postura que asumió el bloque
El embajador de Uruguay en Brasil, Guillermo Valles, dijo ser “un europeísta convencido”, por la experiencia internacional de la paz a través del comercio, de la producción, de la integración regional, que “es evidente en Europa”.
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáAfirmó que han sido “nuestros mejores socios en la defensa del multilateralismo”, pero reconoció que en la negociación del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea “nuestros socios en la defensa del multilateralismo imponen normas unilaterales”.
El diplomático participó de la Conferencia Regional para la Transformación Sostenible de la Ganadería en América Latina y el Caribe, donde integró el panel denominado Desarrollo Sostenible de la Ganadería: La importancia del comercio como dinamizador. Allí estuvo acompañado por el profesor emérito del departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, Marcel Vaillant, y el espacio fue moderado por el gerente de Estrategia del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Pablo Caputi.
El comercio “sin ninguna duda puede contribuir a la paz y es beneficiado por la paz, pero para eso tienen que existir normas e instituciones que lo protejan”, sostuvo el embajador Valles.
Admitió que “a diario tenemos dificultades, de un lado y del otro en el comercio” con Brasil, pero valoró que ese comercio “está protegido por instituciones, por la observancia de normas” y con eso “estamos protegiendo también la paz”.
Opinó que la “larga sombra de la ganadería se proyectó sobre el comercio, que pasó a ser el mal de todos los males, cuando quizás muchos de esos males son producto de la evolución tecnológica acelerada que estamos viviendo”. Agregó que “la mala atribución de causas, sea la ganadería o el comercio, es lo que nos está llevando a un diálogo absolutamente negativo”.
Se refirió a la evidencia del comercio en el bloque occidental, que “crece más rápido que entre dos bloques”. Planteó que “eso nos habla de un mundo fragmentado”. Afirmó que Uruguay no tiene que “hacer falsas contradicciones o falsas elecciones entre los valores que defendemos”, como la democracia, el respeto a los derechos humanos, “que nadie nos obligue a eso”. Consideró que “tenemos que seguir defendiéndonos conjuntamente, y defendiendo las instituciones que hemos logrado construir con gran sacrificio”.
Basando su opinión en la experiencia de 49 años en la diplomacia, Valles sostuvo que “el comercio es causa y efecto de la paz”, pero depende de “qué tipo de comercio y en qué régimen”.
Aclaró que debe tratarse de un comercio en el que está protegida esa relación contractual, por normas, por criterios comunes, legislados en una línea común, no unilateralmente.
Para Vaillant el comercio “se ha puesto en un mal lugar, con un relato vinculado con los ajustes productivos, las desigualdades, la intensidad de la producción, los efectos sobre el ambiente y la sustentabilidad de los recursos, y hemos perdido la perspectiva de escala del asunto”.
Comentó que se habla de “hiperglobalización, y este es un concepto totalmente equivocado, es verdad que vivimos tres décadas y media con un crecimiento sistemático del comercio, mayor al de la producción global, y eso hizo que la apertura global de la economía mundial creciera; el ratio de comercio a producto”.
Pero afirmó que “los números se pueden manejar de distintas maneras, para las emisiones de metano o para el comercio mundial”. Señaló que “hace tres o cuatro décadas el comercio era valor agregado producido en una jurisdicción nacional, cruzaba una frontera y era absorbido en la otra”.
Sin embargo, “con la reducción enorme que han tenido los costos de comercio, vinculados con aspectos de progreso técnico y con las políticas de liberalización a nivel unilateral, multilateral o de acuerdos preferenciales de comercio, todo eso generó una importante reducción de costos, que motivó más especialización de la economía internacional y la fragmentación de la producción”, dijo.
Explicó que si se analiza cualquier producto “hay una decena de jurisdicciones nacionales involucradas en su producción”. Afirmó que “eso ha ocurrido en distintos sectores de actividad” y “también tiene una implicancia sobre la medida, porque el comercio mundial a producto se infla, porque el valor agregado de un país no cruza una sola vez una frontera, lo cruza tantas como el proceso productivo en el que está involucrado”.
Consideró que si se hace esa corrección, “el nivel de apertura de la economía mundial de bienes y servicios es 10 puntos menos, un quinto de la actividad económica”.
Afirmó que “poner al comercio internacional en el centro de la escena, como el causante de todas las otras implicaciones que ha tenido el desarrollo productivo del mundo en estas décadas es algo, por lo menos, exagerado”.
El académico sostuvo que “no hay una hiperglobalización, estamos en un proceso de semiglobalización”. A propósito, consideró que “las oportunidades de especialización, de comercio y de prosperidad, asociada con la especialización de los países para la economía mundial, son muchas más de las que hemos desarrollado”. Y “para llegar al lugar que llegamos lo hicimos con cooperación comercial; sin cooperación no hay desarrollo del comercio; y la cooperación implica reglas”.
Valles recordó que en 2024 se celebran 30 años de la finalización exitosa de la Ronda Uruguay del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio). Comentó que antes de eso “tuvimos un mundo de comercio prácticamente sin reglas, porque el comercio internacional de productos agrícolas era una excepción en el GATT”.
También comentó que “otro gran hito fue la creación de la Organización Mundial de Comercio (OMC)”, así como la entrada de China a la OMC en 2001.
“No eran épocas menos difíciles que las actuales, y quizás estemos retornando aceleradamente”, lamentó. Advirtió que “crecientemente vemos en todo el mundo un apartamiento de la institucionalidad, un resquebrajamiento del sistema internacional basado en reglas, y eso habrá de tener un impacto en lo comercial”.
Consideró que “tenemos que avanzar en la agenda de subsidios, de aranceles, de normas voluntarias al comercio, que muchas veces se transforman en medidas paraarancelarias de los gobiernos”. Sostuvo que “debemos defender la OMC, porque sin ella no habrá acuerdos bilaterales o regionales que vayan a defendernos cuando necesitemos”.