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El fármaco uruguayo contra la obesidad que está en desarrollo funciona distinto que Ozempic

Mientras Uruguay se prepara para recibir Ozempic, la compañía Eolo Pharma, fundada por investigadores del Institut Pasteur, avanza hacia su segundo ensayo en humanos

Editora de Galería

En 2016, un equipo de científicos del Institut Pasteur y la Universidad de la República concretaron un proyecto en el que venían trabajando hacía un tiempo. La idea era desarrollar nuevas moléculas para el tratamiento de enfermedades metabólicas, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y la hipertensión, entre otras patologías no causadas por infección, como trastornos neurodegenerativos y autoinmunes. En principio eran Carlos Batthyány, médico, bioquímico y director del Institut Pasteur, y Virginia López, química farmacéutica, que ya habían tenido experiencias en Estados Unidos y conocido muy de cerca el valor de desarrollar un fármaco, probarlo y patentarlo, y Carlos Escande, biólogo celular.

Con María Pía Garat, que entonces estaba por recibirse de ingeniera en Biotecnología, terminó de ensamblarse este equipo, fundador de Eolo­ Pharma, aportando diferentes perspectivas cada uno desde su disciplina y área de trabajo. “Yo venía con un perfil más de negocios, pero entendiendo el lenguaje de ciencia”, explica Garat a Galería.

En 2016 montaron la compañía y consiguieron la inversión de un fondo privado en Argentina que les otorgó 700.000 dólares para el fármaco que estaban desarrollando, una molécula que llamarían MVD1, diseñada para prevenir y tratar la obesidad y las complicaciones cardiometabólicas. “En ese momento era una locura pensar en una inversión así, porque nadie invertía en ciencia; normalmente el monto (de inversión) para una empresa era de 25.000 dólares”, dice Garat.

Sin embargo, pese a esta inyección de capital, quedaba mucho camino por recorrer. “Solo la prueba en humanos puede costar, mínimo, tres millones de dólares”.

El primer ensayo en humanos constituyó la fase 1 del desarrollo del fármaco, y Eolo Pharma lo llevó adelante en Australia. “Lo que queríamos probar en ese primer ensayo es que la droga es segura para humanos. Primero se hicieron pruebas en las que se evaluó si es segura en animales”. De esas pruebas en ratones se desprendió que, además de favorecer la pérdida de peso, el fármaco tiene un efecto beneficioso en la diabetes tipo 2, en hipertensión y en arteriosclerosis.

El ensayo en humanos tuvo una duración de 15 días. “La fase uno lo que hace es determinar tu rango de dosis, y en eso nos fue bien: se concluyó que el fármaco era seguro. También hicimos algo bastante arriesgado, que fue, además, probar en pacientes obesos si el fármaco tenía algún efecto sobre ellos, y se vio alguna evidencia preliminar, que todavía estamos analizando estadísticamente, pero que sugiere que el fármaco es efectivo también en esa población”.

Cómo funciona

El fármaco desarrollado por Eolo Pharma va directo al tejido adiposo y, a través de un proceso de termogénesis, actúa a nivel molecular, eliminando el exceso de grasa en forma de calor. “Es un poco lo que sucede cuando uno va al gimnasio”, explica Garat. “Lo que hace es poner a funcionar las mitocondrias del cuerpo, que son las estructuras que producen energía en las células. El fármaco promueve que estas mitocondrias generen más energía, más calor”.

Hoy el fármaco está diseñado para ingerirse en forma de pastilla con una frecuencia diaria.

Ventajas frente a la semaglutida (más conocido como Ozempic, su marca comercial)

Según Garat, la principal ventaja de este fármaco frente a la semaglutida es que “no actúa inhibiendo el apetito y provocando una sensación de saciedad constante”. “Uno habla con gente que viene tomando Ozempic y te dice: ‘Está buenísimo porque adelgazo, pero cuando voy a un casamiento y no puedo comer, porque no tengo ganas, no me inyecto el día anterior’. Y después, como venían comiendo menos y de repente en el casamiento comen un montón, se sienten mal”. Otra ventaja competitiva del fármaco de Eolo Pharma, según una de sus cofundadoras, es que, a diferencia de la semaglutida, no causa una disminución de la masa muscular.

Próximos pasos

El objetivo de Eolo Pharma­ para seguir avanzando es lograr un partnership­ con alguna empresa farmacéutica que tenga experiencia y un importante flujo de caja que permita seguir desarrollando el fármaco: “Para la fase 2 necesitamos 20 o 30 millones de dólares, y mucho más todavía si pasamos a la fase 3”. De ahí la importancia de haber patentado el fármaco; “es lo que genera valor, porque (la farmacéutica) es una industria que invierte millones y millones de dólares, pero si saben que después van a tener el uso exclusivo (de esa droga)”.

Esa inversión millonaria que necesita el equipo de Eolo Pharma no quita que sigan trabajando para continuar acercando el desarrollo del fármaco a la fase 2.

“Hay empresas en Estados Unidos que a lo mejor, para hacer lo que nosotros hicimos, habrían necesitado 50, 100 millones de dólares. En nuestro caso lo hicimos con muy poco capital. Eso creo que es algo muy uruguayo, tratar de hacer, con los mínimos recursos, lo máximo que puedas”.

El producto recién alcanza su etapa de ventas después de la fase 3. “Si lo trabajamos con una empresa farmacéutica, por lo menos pueden estar faltando cinco años todavía, porque la fase 2 te lleva unos dos años, y la fase 3 otros dos; más un margen de seguridad de un año, que es algo razonable”.

En cuanto al precio, aunque el equipo uruguayo “sueñe con que sea accesible”, será la industria farmacéutica la que lo determine.