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Lo que hay que saber de Ozempic, el nuevo fármaco contra la obesidad que llega a Uruguay

Hay grandes expectativas y un sinfín de casos de éxito, pero también hay efectos secundarios que hacen dudar al mismo público que esperaba el fármaco

Editora de Galería

La obesidad es la gran olvidada de las patologías. De hecho, en Uruguay ni siquiera es considerada una enfermedad. Por eso, el sistema de salud no está obligado a tener equipos para tratarla, y si un paciente está meses en lista de espera para una cirugía bariátrica y no tiene respuesta, no se considera omisión de asistencia.

Hacía años que la endocrinóloga Mariana Elhordoy, vicepresidenta de la Sociedad Uruguaya para el Estudio de la Obesidad, “andaba a las vueltas” tratando de que la semaglutida (más conocida por su nombre comercial Ozempic), la última novedad de la industria farmacéutica para perder peso, llegara a Uruguay. Lo planteó en el Parlamento y prometieron darle prioridad. Finalmente, el 16 de agosto, el Ministerio de Salud Pública autorizó el registro y la venta (al laboratorio Megalabs) del fármaco en Uruguay. “Todo lleva su tiempo”, dice la experta. Su interés porque el fármaco llegara al país tiene varias puntas. La primera y principal fue la posibilidad de darle una solución al paciente. “Lo que vemos a veces es complejo, muy complejo”, dice Elhordoy. “He arrancado conferencias diciendo que si les decís a los pacientes con obesidad que el pichí adelgaza, se lo toman. Entonces es muy fuerte la necesidad de solucionar lo que les pasa”. En la semaglutida, una medicación que la endocrinóloga considera “fantástica”, hay una herramienta poderosa contra la obesidad.

Según la Guía alimentaria para la población uruguaya, de 2019, cuatro de cada 10 adultos de 25 a 64 años presentan sobrepeso, y tres de cada 10, obesidad. Entre los jóvenes de 15 a 24 años la relación es de cuatro cada 10, y entre los adolescentes de 13 a 15, tres de cada 10.

En segundo lugar, la inquietud de la endocrinóloga estaba impulsada por su preocupación por los pacientes que estaban trayendo su medicación desde Brasil, Argentina, y hasta de Estados Unidos y Europa. El impacto de esta droga fue explosivo, dice; “tan masivo y tan abrumador…”. El problema es que, en esos casos, muchas veces se rompe la cadena de frío, una condición para garantizar la seguridad del medicamento.

¿Qué es y cómo funciona Ozempic?

El nombre comercial de la semaglutida, Ozempic, dio la vuelta al mundo en los últimos meses causando curiosidad, interés y polémica. El fármaco, fabricado por la compañía danesa Novo Nordisk, se aprobó en Europa en 2018 por sus usos contra la diabetes. Sin embargo, su explosión en el mercado tuvo lugar en los últimos meses, cuando se lo empezó a prescribir y utilizar para perder peso. Recientemente, el laboratorio nórdico lanzó Wegovy, un medicamento diseñado expresamente para adelgazar con exactamente los mismos componentes que Ozempic, pero variando la dosis: Ozempic, para la diabetes, viene en inyectables de 1 mg, y para tratar la obesidad se usan hasta 2,4 mg. Después de empezar a comercializar este segundo producto, Novo Nordisk se posicionó como la empresa más valiosa de Europa, destronando al conglomerado de lujo francés LVMH (Louis Vuitton), que ocupaba cómodamente ese primer puesto.

Lo usó (y lo admitió en su red social, X, cuando dijo que su secreto para bajar de peso era “ayuno y Wegovy”) Elon Musk; lo usó Kim Kardashian para entrar en el célebre vestido de Marilyn Monroe que llevó en la gala del MET; lo usó la actriz australiana Rebel Wilson (Cómo ser soltera) para saciar de una vez por todas su “apetito interminable por los dulces”.

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Los titulares que encabezan las noticias, con ejemplos de éxito, suelen ser algo así como: “La droga mágica para adelgazar que usan las estrellas”. Cada vez que Elhordoy lee esto siente que se le quita trascendencia a la obesidad como enfermedad. La semaglutida no es mágica, sino una herramienta prometedora para tratar la obesidad, una enfermedad para la que no se termina de encontrar una solución.

Hace unos meses, Oprah Winfrey afirmó haber consumido Ozempic y declaró haberlo sentido “como un alivio, como una redención, como un regalo, y no algo para esconder y por lo que sentirse ridiculizada”. La multimillonaria conductora de televisión llegó a hacer un especial dedicado exclusivamente a hablar del fármaco titulado Shame, Blame and the Weight Loss Revolution (Vergüenza, culpa y la revolución de la pérdida de peso). Allí hizo referencia a una imagen de la portada de TV Guide de 1990, en la que se refería a ella como “abultada, grumosa y simplemente rechoncha”.

En el programa, Winfrey habló del estigma, los prejuicios y la gordofobia; sobre la supuesta falta de voluntad de la que se acusa a las personas obesas, y del llamado food noise, los torturantes pensamientos recurrentes sobre comida que experimentan muchos pacientes y de los que no se habla, y se silencian con esta medicación.

Ozempic actúa sobre el sistema regulador de la saciedad, el que avisa cuando el estómago está lleno y hay que parar de comer. Este efecto se logra a través de la semaglutida, que imita un péptido presente en el intestino de forma natural pero que se destruye rápidamente, teniendo muy poco tiempo de acción. La semaglutida lo replica con una duración mayor. Sus principales efectos, entonces, son en el estómago, “generando el enlentecimiento del vaciamiento gástrico” y, a nivel cerebral, “disminuyendo la sensación de hambre, por lo que el paciente tiene menos deseo de comer” e ingiere cantidades menores, explica Elhordoy. “Pero se han visto beneficios en todos los órganos: disminuye la resistencia a la insulina, mejora el funcionamiento hepático, tiene un gran efecto a nivel cardiovascular y renal; se está utilizando en varias especialidades”. Según la experta, ya se está usando por psiquiatras en otras partes del mundo para tratar el comportamiento compulsivo.

¿Cómo se administra y cuánto sale?

La semaglutida se administra con inyecciones subcutáneas. La aguja es muy pequeña, pues tiene que alcanzar una penetración mínima, de pocos milímetros, para llegar al tejido adiposo; no es intramuscular. Tal como sucede con la insulina o el clexane (el anticoagulante), la inyección la aplica el propio paciente, con frecuencia semanal.

El costo con el que llegará a Uruguay aún se desconoce. Se sabe que en Estados Unidos ronda los 1.000 dólares mensuales y a Europa llegó con un precio muy inferior: alrededor de 150 euros mensuales. “Esta es otra de las luchas. Cuando se presentó el tema en la Comisión de Salud a la diputada Cristina Lustemberg, aquella vuelta (hace dos años) le dije: no solo tiene que ingresar (el medicamento), sino que tiene que ingresar a un precio competitivo. Si no, estamos en la misma”, cuenta la endocrinóloga. Con “precio competitivo” se refiere en relación con la región, sobre todo con la frontera, que hoy ofrece el medicamento a buen precio y con un buen sistema de envío: “Te lo mandan en la heladerita, con las bolsitas de hielo”.

El famoso “efecto rebote” y el tratamiento a largo plazo para no recuperar el peso perdido

“Estamos tratando de no hablar mucho del peso. De peso ideal prácticamente ya no se habla”, explica Elhordoy, dando cuenta de cómo ha ido cambiando (aunque no todo lo necesario) la percepción de la obesidad y su tratamiento. “Intentamos desestimular el objetivo relacionado al peso”. Lo que se busca, entonces, es el cambio de comportamiento y la mejoría de las enfermedades asociadas.

Partiendo de que la obesidad es una enfermedad crónica, se entiende que, potencialmente, puede ser para toda la vida. Por eso la semaglutida está aprobada para el uso a largo plazo, de manera que el tratamiento dure el tiempo necesario y evitar lo que antes se llamaba “efecto rebote”. “Si me dan el remedio para la hipertensión arterial, mientras lo tome, tengo la presión controlada. Si dejo de tomar el remedio y me sube a 17, no es un efecto rebote, es que no estoy haciendo el tratamiento”, explica la endocrinóloga.

Pero para entender eso hay que entender que la obesidad es una enfermedad, algo que a nivel mundial empezó a reconocerse hace algunos años, pero que en Uruguay no se ha logrado aún. La idea es que esto suceda y parte del proceso es cambiar la nomenclaturay adoptar el término adiposopatía, enfermedad del tejido adiposo, en lugar de obesidad.

Una vez que se alcanza el objetivo planteado en el tratamiento, se regula la dosis. “Puede ser que al principio necesites llegar a 2,4 mg hasta los seis meses, un año, y después podés ir bajando y hacer una dosis de mantenimiento”.

Dosis y efectos secundarios

Stephen Fry, actor, locutor y guionista británico (Gosford Park, Hobbit y famosa voz en off de Pocoyó en inglés), también levantó la mano para contar que había tomado Ozempic cuando se empezó a rumorear que algunas celebridades lo utilizaban. Su experiencia, según contó, no fue positiva. Aunque al principio los resultados lo sorprendieron, por no sentir deseos de comer ni de consumir alcohol, los efectos negativos pudieron más que esa satisfacción. “Comencé a sentirme mal y a sentirme cada vez más enfermo”, dijo. “Estaba literalmente vomitando cuatro o cinco veces al día y pensé: ‘No puedo hacer esto’”. Optó por dejarlo.

Según Elhordoy, los efectos secundarios de la droga son muy variables; dependen del paciente y también de las dosis. “Acá en Uruguay la experiencia que tenemos es sobre todo a dosis bajas (porque hasta ahora los interesados la traían de Brasil y Argentina fundamentalmente, y allá no se comercializa en dosis altas)”. La dosis objetivo para el tratamiento de obesidad es 2,4 mg, pero se empieza con una dosis baja y se va subiendo mensualmente de acuerdo a los resultados del paciente y a las sensaciones que pueda llegar a tener. “Creo que tengo solo un paciente con 2,4. Es muy personal. Siempre se trata de llegar a la mayor dosis posible, pero no todos los pacientes lo toleran”.

Otros efectos secundarios frecuentes son, además de náuseas y vómitos, diarrea (suele darse más en pacientes diabéticos) o estreñimiento (en otros casos). También hay personas que pierden pelo y la piel puede perder colágeno y elastina. Efectos secundarios raros pueden ser insuficiencia renal o pancreatitis.

“La dosis se va regulando de acuerdo al paciente, por eso es tan importante el seguimiento médico, porque un paciente que está con una dosis que le genera tanta sensación de saciedad pasa a ser contraproducente, porque deja de alimentarse y puede pasar a tener déficit de vitaminas, bajo aporte proteico y pérdida de masa muscular por el adelgazamiento acelerado”. Es importante, por eso, mantener una rutina de ejercicios durante el tratamiento.

De ahí también la importancia del abordaje interdisciplinario, considerando la alimentación y la actividad física. Debería trabajarse al mismo tiempo el comportamiento de los pacientes, buscando un cambio de hábitos.

A tener en cuenta

Según la experta, como hay un uso “oculto” del fármaco de personas que se automedican y no se lo manifiestan al médico, se corren varios peligros, como los efectos secundarios sin supervisión.

Sin embargo, un dato relativamente desconocido es que el medicamento debe suspenderse por lo menos un mes antes cuando hay una cirugía digestiva prevista, y un mínimo de 15 días antes para otro tipo de cirugías o procedimientos. Como el fármaco enlentece el vaciamiento gástrico, las horas de ayuno necesarias previo a intervenciones no son suficientes para quienes usan Ozempic, entonces “puede haber aspiraciones al hacer la intubación para la anestesia”. “Por más que te vayas a hacer una fibrogastroscopía, un procedimiento sencillo, si no decís que estás tomando Ozempic, te piden un ayuno de 24 horas y puede ser insuficiente, con riesgo de aspiración y posterior neumonía, por ejemplo”.

Una vez que el fármaco esté disponible en Uruguay en unos meses, la prescripción no está restringida a ninguna especialidad, pero como está aprobada para el tratamiento de la diabetes y de la obesidad, los médicos que lo prescribirían serían endocrinólogos y diabetólogos.

Antes de recetarlo, es clave y esencial tener en cuenta el perfil del paciente. “Por ejemplo, un paciente que se levanta a comer de madrugada no debería tener indicación de Ozempic, sino de otro medicamento. Nosotros tenemos que ver cuál es el fenotipo del paciente, cuál es su comportamiento, cuál es su historia de obesidad, cuál es su distribución de la grasa corporal, para indicar el medicamento”. Hay que discernir, entonces, para quién sí y para quién no.