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Sin duda alguna, uno de los tópicos más relevantes de la ciencia económica es el crecimiento económico, importante para la creación de riqueza, la superación de la pobreza y la constitución del bienestar individual. Para entender el crecimiento económico hay que preguntarse: ¿qué es lo que hace que una nación prospere económica y socialmente? De ahí surge otra pregunta: ¿qué le hace falta al Uruguay para duplicar su crecimiento potencial?
Estas cuestiones son abordadas en el ensayo “Capitalismo & Empresarialidad” (premio Academia Nacional de Economía 2024, disponible en su página web). Los objetivos del mismo son meramente explicativos, propositivos y adaptativos. El ensayo busca explicar que el crecimiento económico tiene un único origen en la integración de dos procesos: la acumulación e inversión de capital y la innovación creativa y competitiva. Dichos procesos son los que comúnmente denominamos como capitalismo y empresarialidad.
Para esto, el ensayo emplea el marco metodológico y teórico de la Escuela Austríaca de Economía. A través de la praxeología, definida como “el estudio de la acción humana”, se plantea una cadena lógica de argumentación que deriva en fundamentos esenciales para entender el crecimiento económico. Ahora, ¿por qué hacer uso de un marco analítico heterodoxo particular? La respuesta es simple: porque la ciencia económica es una ciencia social necesariamente teórica y praxeológica, pues el centro de la misma es el ser humano y su accionar, completamente subjetivo e imposible de modelizar.
A partir del axioma de la acción humana, que establece que todo ser humano actúa conscientemente y persiguiendo un objetivo personal, el ensayo centra su estudio en los aspectos cuantitativos y cualitativos del crecimiento económico. Respecto a los aspectos cuantitativos, se analiza la estructura de los bienes económicos, la producción, la preferencia temporal y el fenómeno del interés, el proceso de ahorro e inversión, el crecimiento secular y los ciclos económicos. Respecto a los aspectos cualitativos, se analiza el cálculo económico como fundamento de la toma de decisiones, la función empresarial como proceso creativo y coordinador, la eficiencia dinámica y los procesos de mercado.
Por eso, en el ensayo se ofrecen críticas a la expansión artificial de la oferta de dinero y de crédito, a la administración pública y su burocracia, al intervencionismo y al socialismo; todos los cuales ponen trabas a los procesos esenciales que garantizan el crecimiento económico. Así, el ensayo llega a la conclusión de que la libertad económica es una condición sine qua non para el crecimiento económico. El ensayo busca, en menor medida, ser una breve apología fundamentada del liberalismo económico en su máxima expresión: la anarquía de mercado.
Las reformas propuestas en el ensayo son cuatro: En primer lugar, una reforma a favor de la libre elección monetaria, de la libertad bancaria y de la eliminación de la reserva fraccionaria. En segundo lugar, una reforma de la administración pública a nivel fiscal, estructural y burocrático. En tercer lugar, una reforma de la legislación de la competencia a favor del libre mercado y de la empresarialidad. Y, en cuarto lugar, aunque sea de manera superficial, reformas que garanticen tres derechos fundamentales: la vida, la libertad y la propiedad. En palabras del profesor Jesús Huerta de Soto: “No nos queda más remedio que cambiar nuestro modelo económico, pasar de una economía maníaco-depresiva, insostenible y basada en la expansión crediticia a una economía fría, flexible y basada en la competitividad”.
El ensayo concluye que Uruguay, un país pequeño frente al mundo, no debe ser visto como inferior y distinto, sino que debe imitar a diversos países que, en mismas o peores condiciones, han logrado crecimientos económicos extraordinarios. Estos se debieron a la consolidación sistemática de los únicos dos procesos que, bajo un sistema de máxima libertad económica, pueden lograr duplicar el crecimiento potencial: el capitalismo y la empresarialidad.
