"Tenemos un intercambio epistolar para proceder a la negociación. Hay buena voluntad para negociar", dijo el martes Ignacio Alonso, presidente de la AUF, entrevistado en el programa La Quinta Tribuna de AUF TV.
Las fuerzas repartidas en el fútbol uruguayo
Desde 2019, con la asunción de Alonso como presidente -en 2023 fue reelecto hasta 2027-, la AUF inició un proceso de independización de Tenfield apalancado en el nuevo estatuto de la asociación, aprobado en 2018. Este reglamento dio mayor poder a los futbolistas, los entrenadores, los árbitros, el fútbol femenino, el fútbol sala y las instituciones del interior del país integrantes de la Organización del Fútbol del Interior (OFI). En contrapartida perdieron voto dentro de la AUF los clubes profesionales, muchos alineados a Tenfield y quienes respaldan la firma de un nuevo acuerdo más suculento. Del lado de Alonso y en un posicionamiento más dubitativo sobre Tenfield hay otro grupo de clubes conformado especialmente por las sociedades anónimas deportivas (SAD), que han aumentado en Uruguay desde 2019 a hoy.
Durante este tiempo la AUF logró generar acuerdos por fuera de Tenfield en temas como los derechos de imagen de los futbolistas de la selección mayor y la transmisión de los partidos de la selección mayor. Contó con el apoyo de jugadores simbólicos, algunos retirados y otros que todavía jugaban, como Diego Lugano, Diego Godín y Luis Suárez. También con el respaldo de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y la FIFA. "Tenfield tenía un poder muy grande, un monopolio, con todos los activos de la selección local", dijo Lugano el martes en el programa La mañana del fútbol de El Espectador Deportes. Añadió que hoy hay "dos bloques muy marcados" en el fútbol uruguayo: "uno liderado por los jugadores al que se unieron los jueces y la gran mayoría de los dirigentes, y otro que se va resistir a los cambios porque pierde poder y territorio".
Esas diferencias se profundizaron en 2024, ante la cercanía del vencimiento este año del contrato de televisión. Un grupo de clubes demandó a Alonso y a dirigentes pasados y actuales de la AUF ante la Fiscalía de Delitos Económicos y Complejos de Tercer Turno, a cargo del fiscal Gilberto Rodríguez. La demanda sostiene que existen irregularidades en los balances contables, posibles desvíos de fondos y hechos de apariencia delictiva. Entre otras cosas señala que la asociación no incluyó en sus balances alrededor de US$ 25 millones, recibidos entre otros de la Conmebol en adelanto por la participación de selecciones uruguayas en torneos continentales. Debido a esta situación, el directorio del Banco de la República (BROU) discutió rebajar el nivel crediticio de la AUF, con la cual mantiene un fideicomiso.
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Peñarol y Liverpool son dos de las instituciones más críticas de la gestión de la AUF
Daniel Rodriguez/adhocFOTOS
Parte de las instituciones denunciantes integran la Unión de Clubes, un órgano informal creado durante la gestión de Alonso para fortalecer su influencia en la AUF ante el surgimiento de nuevos grupos de poder como los futbolistas y la OFI. Fue la semilla para la formación en 2021 de la Liga Uruguaya de Fútbol Profesional (Lufpro), una organización formal y con personería jurídica propia aceptada por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC). Compuesta entre otros por Danubio, Defensor Sporting, Liverpool, Montevideo Wanderers, Peñarol y River Plate, se proyecta como una liga profesional independiente de la AUF -al estilo de la Premier League en Inglaterra- habilitada para negociar el próximo contrato de televisión de manera independiente a la asociación.
Aunque su creación está prevista en el estatuto de la AUF aprobado en 2018, su funcionamiento efectivo requiere de la aceptación de la propia AUF, que rechazó su validez al considerar que la liga se constituyó sin consultar a todos los clubes afiliados. En diciembre la FIFA ratificó oficialmente este posicionamiento.
Ante la negativa tanto de la AUF como de la FIFA respecto al funcionamiento de la Lufpro, la Unión de Clubes presentó recientemente un reclamo ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Solicita que se impida a la AUF gestionar el próximo contrato de televisión del fútbol uruguayo al argumentar que, según el estatuto de la asociación, la Lufpro es la única entidad habilitada para llevar a cabo este proceso. Con sede en Lausana, Suiza, el TAS es una institución independiente que se encarga de resolver disputas deportivas mediante arbitraje. Sus decisiones son vinculantes.
El mapa de los derechos de televisión
Con el nuevo contrato de televisión como foco, en los últimos años la AUF encargó diversos tipos de consultorías para medir el valor del fútbol uruguayo, instaurar cambios de marca e imagen y plantear modificaciones de juego y competencia. El objetivo es llegar a una posible licitación con un producto más atractivo para empresas internacionales interesadas en los derechos audiovisuales. En ese intento, Alonso incluso comparó al campeonato uruguayo de Primera División con la Primeira Liga de Portugal, ubicada séptima en el ranking 2024 de las ligas más fuertes del mundo elaborado por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS). En ese listado el campeonato uruguayo se coloca 15°, un salto respecto al 27° puesto de 2023.
Entre las consultoras que trabajaron para la AUF se encuentran Mediapro, una empresa multinacional española especializada en la producción audiovisual, y Mercoplus, una consultora uruguaya que investiga mercados de uso y consumo en diversas áreas. En promedio, esos informes sostienen que la facturación de quien comercializa los derechos de televisación del fútbol uruguayo es actualmente de entre US$ 40 y US$ 50 millones al año.
El último reporte contratado por la AUF fue a EY-Parthenon, una consultora global de estrategia que forma parte de la multinacional británica Ernst & Young. El estudio abarco todas las áreas del negocio del fútbol, entre ellas medidas para aumentar el tiempo de juego y disminuir el tiempo muerto de los partidos. El lunes se comunicaron las conclusiones del estudio a los miembros del Congreso de la AUF, el órgano máximo de gobierno compuesto por representantes de los distintos estamentos con derecho a voto. En cuanto al futuro contrato de televisión, EY-Parthenon estableció que debe tener un valor de entre US$ 65 y 85 millones anuales para que permita a la AUF un ingreso mínimo de US$ 47 millones por año.
Algunos de los clubes integrantes de la Lufpro no enviaron a la presentación de EY-Parthenon a directivos de sus respectivos oficialismos, sino de la oposición. Por Peñarol, por ejemplo, no acudió el presidente Ignacio Ruglio. "Tuvimos partido de básquetbol y consejo directivo a la misma hora. Algunos operadores repitieron que Peñarol no se había querido hacer presente. Eso no es verdad. Es parte de esto que se vive. Los exfutbolistas de la selección tomaron el control del fútbol uruguayo, el mismo control del que se quejaron que tenía una empresa. Tienen a los mismos periodistas trabajando para AUF, los mismos que se quejaban que Tenfield tenía periodistas. Se repiten las cosas que mandan a decir. Ya estamos acostumbrados", dijo Ruglio el martes en rueda de prensa, según recogió Montevideo Portal.
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Marcelo Figoli, al centro y de barba, durante un encuentro con directivos del club español Burgos
Burgos Club de Fútbol
El 11 de abril, Ruglio y Eduardo Zaidensztat, vicepresidente de Peñarol, almorzaron en un restaurante de Carrasco con Ricardo Vairo y Flavio Perchman, presidente y vicepresidente de Nacional, respectivamente. Al contrario que Peñarol, Nacional aún no tiene una postura tomada respecto a Tenfield; por el momento la decisión es que el posicionamiento se resuelva en una asamblea de socios.
Tras ser electo en diciembre como vicepresidente, una de las primeras llamadas de Perchman fue a Casal. En esas elecciones de diciembre, también fue designado como miembro de la nueva comisión directiva de Nacional Eduardo Ache, quien integró el Comité Ejecutivo de la AUF entre 2019 y 2023 y fue la mano derecha de Alonso en su cruzada de autonomía de Tenfield. Por decisión de Nacional, Ache regresará ahora al Comité Ejecutivo en lugar de Aldo Gioia, quien lo reemplazó tras su salida en 2023.
El encuentro del 11 de abril entre jerarcas de Nacional y Peñarol fue organizado por Marcelo Figoli, un empresario argentino que el año pasado se convirtió en el accionista principal del Burgos Club de Fútbol, de la Segunda División de España. También en 2024, Figoli adquirió el 70% de la SAD que gestiona Juventud de las Piedras. Es un hombre cercano a Casal y articuló el almuerzo de Ruglio, Zaidensztat, Vairo y Perchman para acercar visiones y que ambos clubes grandes respalden una renovación del contrato con la AUF antes del 4 de julio.
Búsqueda consultó a directivos de varios clubes del fútbol uruguayo, tanto afines como críticos de Tenfield, y la percepción general es que existen posibilidades concretas de que la AUF vuelva a sellar un acuerdo con la empresa de Casal. Resta definir el papel que jugará Disney, multinacional propietaria de la señal ESPN, que por un convenio con Tenfield desde 2022 transmite los partidos por streaming del fútbol uruguayo. En febrero, el argentino Guillermo Tabanera dejó su cargo como Senior Vice President y General Manager de ESPN y Disney Distribution para Latinoamérica. Tabanera fue clave en la alianza con Tenfield y en la AUF hay expectativa por saber si, tras su salida, Disney mantendrá el mismo alineamiento con la empresa.
Además de Tenfield y Disney, al menos desde 2022 la AUF recibió interés de las estadounidenses TNT y DirecTV, que actualmente mantiene un conflicto con Tenfield ante la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia respecto al suministro de la retransmisión en vivo de los partidos del fútbol uruguayo. También hubo conversaciones informales con Mediapro, que además de realizar para la AUF una consultoría, desde una oficina en Montevideo opera en Uruguay el sistema VAR (el conjunto de cámaras y tecnología utilizado para asistir a los árbitros) y colabora con el hub de la Conmebol en Buenos Aires para la distribución de señales a cadenas de televisión en todo el mundo.
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El proveedor de las pelotas para los campeonatos locales es uno de los puntos que la AUF pretende negociar con Tenfield
Daniel Rodríguez/adhocFOTOS
La AUF apunta a que el nuevo acuerdo por los derechos audiovisuales del fútbol uruguayo se estructure bajo un modelo mixto de comercialización. Esto supone dividir los derechos en categorías diferenciadas y negociarlas o licitarlas por separado, en lugar de adjudicar todo el paquete a un único operador. Dentro de ese esquema el bloque obviamente más valioso y estratégico es el de los derechos de transmisión (broadcast), mientras los derechos complementarios sirven para diversificar ingresos y abrir el juego a nuevos actores.
Mediante el contrato actual de broadcast, algunos derechos complementarios también están bajo titularidad de Tenfield hasta el 31 de diciembre. Estos incluyen ciertos derechos de imagen de los futbolistas -salvo los de Nacional y Peñarol, que fueron negociados directamente por Tenfield con ambos clubes-, así como el suministro de las pelotas oficiales de los torneos, actualmente en manos de la marca brasileña Penalty. "Los clubes han tenido que salir a comprar pelotas y no encuentran pelotas para comprar porque la AUF no maneja el stock, sino que lo maneja el contrato de televisión. Y a su vez los clubes tienen que pagar más de US$ 100 la pelota, algo insólito, porque la pelota tiene un costo de importación que seguramente ronde los US$ 15 o US$ 18. Eso no está bien dentro de un esquema de contratación de liga moderna", se quejó Alonso en AUF TV.
Otras categorías anexas incluyen el venue (como la gestión de vallas electrónicas de publicidad en los estadios), la publicidad y patrocinio de las ligas a través de agencias especializadas, la producción audiovisual y los betting rights, un tipo específico de derecho comercial que permite a empresas de apuestas utilizar imágenes deportivas para alimentar sus plataformas.
La producción audiovisual, por su parte, implica la colaboración técnica y operativa de terceros con el titular del broadcast para la realización de los partidos y la generación de contenidos asociados. Es un rubro que despierta especial atención entre empresas y empresarios locales que visualizan una oportunidad de integrarse al ecosistema comercial del fútbol uruguayo sin necesidad de adquirir directamente los derechos de transmisión.