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A lo largo de nuestra historia hubo ministros que coordinaron con otros jerarcas y algunos que se cortaron solos para gestionar la economía; el futuro promete pilotar en equipo. ¿Oddone atravesará la espesa niebla frenteamplista?
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEste lunes se presenta el futuro gabinete ministerial, que hasta ahora tuvo un único anuncio adelantado: Gabriel Oddone, el titular de Economía y jefe del “equipo económico”, el nombre que, desde hace algunas décadas, se le da a ese conjunto de personas responsables, desde determinados cargos, de la conducción económica del país. En verdad, en los diferentes gobiernos esa entelequia —porque carece de un carácter legal o institucional— ha funcionado unas veces como grupo uniforme y coordinado, otras como una unipersonal con colaboradores segundones y, también, como una estructura desafiada por funcionarios disidentes. ¿Cómo será con Oddone?
Soy Ismael Grau, editor de Economía en Búsqueda y autor de esta newsletter, Detrás de los números; en esta edición hago retrospectiva sobre las formas que tomó la gestión económica en el pasado y pido ayuda de un experto para elucubrar sobre qué puede pasar en el futuro gobierno.
Después de las elecciones internas y antes de que fuéramos a votar en la primera vuelta ya sabíamos que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) podía estar comandado por Diego Labat —si ganaba el Partido Nacional y sus socios republicanos— o por Oddone. Las suyas fueron las únicas designaciones anunciadas durante el ciclo electoral, quizás por la importancia indiscutible que tiene el área —se dice que votamos con el bolsillo o algo así, como escribí en esta edición de la newsletter — y porque ni el oficialismo multicolor ni el Frente Amplio tenían, por ejemplo, un candidato a ministro del Interior sin peligro de que fuese aporreado en la campaña.
En una conversación que, recién designado, mantuve con Oddone para escribir este perfil biográfico suyo, me contó que le hubiera gustado ser historiador —como su padre— y también piloto de avión. Quizás por esta última vocación frustrada (a la otra se arrimó haciendo un doctorado en Historia Económica en España), en algunas declaraciones públicas ha usado la metáfora de la aeronáutica para referirse a la economía como ese avión que deberá pilotar cuando se instale el gobierno de Yamandú Orsi, en poco más dos meses.
Pero el MEF no actúa solo y hay roles solapados con otras instituciones, como el Banco Central (BCU) y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP). Algunas décadas atrás, también al Banco República se lo consideraba parte del “equipo económico” ya que, como entidad financiera estatal, estaba más involucrado en aspectos del manejo cambiario o de la política crediticia y productiva.
La figura de un equipo a cargo de la economía no es una invención nuestra, si bien en otros países la conformación varía y abarca, como en Chile, a carteras relacionadas con la producción. Aunque sin sustento de ninguna norma, la idea de un cuerpo de jerarcas que colegia o al menos coordina las decisiones de política económica fue convalidada desde hace algunas décadas por gobernantes, periodistas y también por organismos internacionales.
Unos años atrás, el ya fallecido ministro de Hacienda durante el gobierno del Partido Nacional de 1959-1963, Juan Eduardo Azzini, me señaló que el suyo fue el primer “equipo económico” que actuó en el país: “Conmigo trabajaba un equipo, no era yo. Estábamos en permanente contacto” con jerarcas de la Contaduría General de la Nación y de la Dirección de Rentas (la actual DGI), dependencias que funcionaban con menor subordinación al ministerio que hoy.
Otros ministros han sido más personalistas y celosos del poder de la cartera que maneja la caja (los impuestos) y el gasto (el presupuesto y la deuda), y que además pesa fuerte en la política monetaria, de ingresos y la comercial. “¡¿Qué equipo económico!? ¡Acá no hay ningún equipo económico!”, le dijo con firmeza Alejandro Végh Villegas, ministro en 1973-1974 y 1983-1984, a un querido colega, entonces periodista del diario El Día, que en el tramo final de la dictadura mencionaba como “fuentes” de sus crónicas a ese supuesto colectivo de autoridades.
Más acá en el tiempo, en el gobierno de José Mujica (2010-2015), se habló mucho del equipo económico, pero no de uno sino de dos. En la Torre Ejecutiva, el presidente tenía como asesor al economista Pedro Buonomo y al director de la OPP, Gabriel Frugoni, ambos del Movimiento de Participación Popular, confrontando con la línea del MEF en ese entonces a cargo de Fernando Lorenzo, un “astorista”. Buonomo, que había sido viceministro, llegó a declarar que la “noción de equipo económico no existe como tal” y que era una “ficción” que no sabía quién la integraba.
Otros que pasaron por roles de conducción económica, como Javier de Haedo (subdirector del MEF y director de la OPP en el gobierno blanco de 1990-1995), consideran que el poder efectivo está más arriba en la escala de gobierno. “Creo que el presidente de la República es el factor clave para que se hagan o no se hagan cosas. El jefe del equipo económico es él, no el ministro de Economía. Es el que da luz verde o luz roja para que hagas o no hagas algo”, dijo para el libro Economistas, economía y política de Adolfo Garcé y Javier Rodríguez Weber, publicado en 2022.
En el actual gobierno, la ministra Azucena Arbeleche recibe cada lunes de mañana en su despacho al presidente del BCU y al director de la OPP (y con Labat e Isaac Alfie, hasta que dejaron esos cargos, también estaba comunicada en el grupo de WhatsApp llamado muy sobriamente “Coordinación”). Ella, una técnica con poco fogueo político hasta asumir como jefa del equipo económico, se apoyó en la experiencia del colorado Alfie, un profesor suyo y quien fue ministro a la salida de la crisis del 2002 y ya tenía mil batallas sobre su espalda.
Hace pocas semanas, entrevistado por De Haedo en su podcast de la Universidad Católica del Uruguay el futuro ministro frenteamplista dijo que su mayor capacidad es la de “liderar un equipo. Eso es lo que sé hacer yo”. Oddone, que hizo carrera en la consultoría privada, quiere trabajar junto a otros y “con buena coordinación” con los organismos vinculados a la política económica, aunque respetando la “independencia necesaria” del BCU y la OPP.
Para esta newsletter, a Fito Garcé, autor del libro sobre economistas y política que mencioné antes y docente del Departamento de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, le pregunté cómo imagina el estilo de pilotaje que desplegará Oddone e hizo una interesante reflexión: “Uruguay no es, precisamente, un ejemplo de tecnocracia. Por suerte. (...) Son los políticos, los representantes del pueblo, los que gobiernan la economía de este país. Y así debe ser y así ha sido a lo largo de la historia. Esto no quiere decir que los políticos ignoren a los economistas. De hecho, hace medio siglo que la regla general es que los principales cargos de gobierno de la economía sean ocupados por economistas profesionales. Pero ni siquiera cuando ocupan los más altos cargos tienen las manos libres para tomar las decisiones más importantes”.
Según el politólogo, Oddone, a quien considera uno de los economistas “más prestigiosos” del país, “no será la excepción” a esa historia de técnicos sujetos a la correa de los políticos. “Estará al frente de un equipo técnico seguramente solvente y de una estructura administrativa poderosa (el MEF). Pero Yamandú Orsi ya lo ha dicho, y hay que creerle, porque así es la tradición uruguaya: será el presidente y no el ministro el que fije el rumbo de la política económica”.
Otro apunte de Garcé que deja pensando. Dijo que la visión de Oddone sobre cómo lograr el “despegue” de la economía “tiene diferencias importantes con la del Frente Amplio, su partido”. E ilustró con dos ejemplos las “restricciones políticas” que, como una espesa niebla, deberá atravesar el futuro piloto: “No será sencillo para Oddone controlar el gasto público. No lo fue para Danilo Astori. Tampoco será sencillo para Oddone ‘gobernar’ el mercado laboral, a menos que una persona de su directa confianza lidere el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social”.
Antes de despedirme, mi habitual recomendación de lectura de Búsqueda, esta vez un poco “pan con pan” porque alude a lo electoral: esta pedagógica columna de Rafael Porzecanski explicando cuál es el aporte de las encuestas de opinión, ejemplificando con Peñarol y Nacional, para que entendamos todos.
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