La encuesta preguntó sobre la motivación principal para conformar o comprar la empresa, a partir de un listado de razones que los encuestados debieron señalar. Casi la mitad de los propietarios de las microempresas lo hizo por necesidad (48,8%) y un 38,5% aseguró que fue para aprovechar una oportunidad. Los resultados son un poco diferentes entre aquellos dueños de una pequeña empresa, dado que menos de uno de cada tres aseguró haberlo hecho por necesidad (30%), y más de la mitad indicó que inició el negocio para aprovechar una oportunidad (55%).
Más en profundidad, el sondeo dio la posibilidad a los encuestados de indicar todas aquellas razones para empreder que consideraran aplicaba a su situación. Entre los motivos pecuniarios, los empresarios micro y pequeños declararon con una frecuencia similar la búsqueda de mejorar o complementar el ingreso (75,8% y 69,3%, respectivamente).
En otras motivaciones surgieron diferencias. Por ejemplo, mientras que dos de cada cinco microempresarios (42,9%) declaró que emprendió porque “no había buenas oportunidades de empleo”, dijo eso solamente el 20,1% de los propietarios de pequeñas firmas. Una situación similar se observó en el caso de “requerir flexibilidad horaria y/o en el lugar de trabajo”: lo mencionó como importante casi la mitad de los microempresarios (46,2%) y aproximadmente uno de cada cuatro propietarios de pequeñas empresas (24,3%).
Financiamiento
Los empresarios también fueron consultados sobre la fuente principal de financiamiento utilizada para empezar la actividad productiva. Tanto en el caso de las micro como de las pequeñas empresas, casi nueve de cada 10 declararon que provino de capital propio y/o préstamos de familiares y amigos.
Como contracara, el 2,8% de los dueños de microempresas y el 5,6% de los propietarios de pequeñas firmas aseguró haber usado un crédito —al consumo, bancario o de instituciones de microfinanzas— como “capital inicial”.
Según el estudio, los aportes no reembolsables brindados por el sector público surgieron como una fuente “marginal” (0,2% en ambos tamaños de empresas).
Edad y local
En promedio, las microempresas tiene 8,3 años de edad, frente a 21,8 entre las pequeñas.
Según el estudio de MIEM y Ande, otro aspecto relevante entre las empresas de reducido porte es identificar si cuentan con local independiente. Poco menos de la mitad de las microempresas (47,7%) y algo más de una de cada tres microempresas sin dependientes (no empleadoras) contaban con local propio (37,8%). En el tramo de pequeñas firmas analizadas (con cinco a nueve ocupados), el 89,2% poseía local.
Naturaleza
En cuanto a la naturaleza jurídica, la encuesta captó que el 77% de las microempresas eran sociedades personales, y la gran mayoría (72,1%) de tipo “unipersonal”. Por otro lado, el 14,8% están constituidas como sociedades de capital.
Entre las pequeñas empresas, aumenta sustancialmente el peso relativo de las sociedades de responsabilidad limitada (33,1%) y las sociedades anónimas (20,5%).
Tributación
Los regímenes impositivos especiales son más relevantes entre las microempresas, surgió del estudio. En particular, un 18,7% tributa bajo el régimen de pequeña empresa (“literal E”), lo que requiere una facturación inferior a 305.000 unidades indexadas anuales (unos $ 160.000 mensuales, aproximadamente).
Por otra parte, casi una de cada tres microempresas opera bajo algún régimen de monotributo. “Como resultado, la mitad de las microempresas son unidades empresariales de muy reducida escala. A esto hay que sumarle que el 11,9% de las microempresas tributa bajo el régimen de servicios personales (profesionales y no profesionales) fuera de la relación de dependencia”, remarca el informe.
En cuanto a la situación de las pequeñas empresas de cinco a nueve ocupados, en contrapartida, los regímenes especiales de monotributo son “muy marginales” en su uso (0,3% considerando el Social Mides).
Personal
En promedio, las microempresas tienen 1,8 personas ocupadas, una cifra que se reduce a 1,4 cuando se considera únicamente el personal remunerado (socios pagos y dependientes).
Entre las pequeñas empresas, el personal ocupado total promedio es de 7,5 personas, incluyendo socios remunerados y no remunerados, así como personal dependiente.
Dos de cada tres microempresas (68%) no contratan trabajo asalariado. Estos casos de “autoempleo”, según el estudio, “suelen encontrarse más cercanos a las lógicas del mercado laboral y prácticas de contratación tercerizada, y se caracterizan por la venta de servicios personales o profesionales”.
Mercados
La gran mayoría de las micro y pequeñas empresas vende sus productos o servicios en el mercado uruguayo. Solamente el 3,9% de las microempresas y el 5,3% de las pequeñas exportaron en 2023.
Perfil del empresario
El sondeo relevó que la edad media es de 47 años para los microempresarios y supera levemente los 53 años en el caso de los titulares de empresas pequeñas de hasta cuatro ocupados.
El máximo nivel educativo finalizado alcanzado por el titular o socio principal registrado con mayor frecuencia es la educación media superior (28,6% en microempresas y 33,8% en las pequeñas).
Gestión
Existen una serie de prácticas empresariales que frecuentemente se asocian con una mayor probabilidad de supervivencia y dinamismo para los negocios. Casi el 80% de las microempresas y más del 95% de las pequeñas (de hasta nueve ocupados) aplican al menos una de las siete prácticas consultadas (registrar ingresos y egresos; estimar ganancias; clima laboral; planificar acciones; publicitar productos; capacitar a dependientes, y capacitar a dueños o socios). Entre las primeras, poco más de la mitad (52,3%) lleva el registro de ingresos y gastos del negocio.
En ese sentido, la encuesta consultó a las empresas si disponen de contabilidad suficiente, entendida como el mantenimiento de registros contables adecuados, completos y debidamente respaldados, conforme a la normativa vigente, que reflejen fielmente su situación económica y financiera. El 27,8% de las micro y el 66,5% de las pequeñas firmas cuentan con contabilidad suficiente (con requisitos legales que varían de acuerdo a la naturaleza jurídica y el régimen tributario, siendo más simples en el caso de las unipersonales).
Decisiones
Las conversaciones con familiares y amigos son el mecanismo de toma de decisiones más frecuente entre las microempresas (39,1%), con mayor relevancia en las del interior del país (43,5%) que aquellas de Montevideo (33,9%). En el caso de las pequeñas empresas, se prioriza el diálogo con proveedores, clientes o empresarios.
Por tanto, según el estudio, “prevalecen los mecanismos informales de consulta”, y es escaso el uso de “estudios técnicos especializados, servicios de información pública, asociaciones empresariales y medios de prensa”.
Tecnología
Al menos seis de cada 10 microempresas (61,3%) y casi la totalidad de las pequeñas (93,4%) declaró que utiliza computadoras para trabajar.
En cuanto al acceso a Internet dentro de las instalaciones, el porcentaje es de 77,9% en las micro y todas en el caso de las empresas que ocupan a entre cuatro y nueve personas. En ambos grupos, en torno a la mitad hacen uso de la web como canal de ventas.
El estudio constató “algunas debilidades” en materia de ciberseguridad y, por ejemplo, solamente el 14,3% de las firmas pequeñas tiene definida una política interna de gestión de riesgos de seguridad de las tecnologías de la información y la comunicación.
Respecto de las inversiones, el 77,2% de las microempresas y el 61,6% de las pequeñas no adquirió nueva tecnología en 2023. A su vez, en los casos en que sí la incorporaron, un porcentaje muy reducido evalúa los beneficios, riesgos y oportunidades de las innovaciones y tecnologías identificadas (2,9% y 4,3%, respectivamente).
Crecimiento
Los empresarios también fueron consultados sobre las aspiraciones de crecimiento del negocio.
En ambos grupos analizados, la mayoría —55% de los micro y 55% de los pequeños— prefieren mantener la empresa en un tamaño reducido, de forma que la puedan manejar directamente con algunos empleados claves.