Como riqueza, el reporte considera el patrimonio neto individual como el valor comercializable de los activos financieros —bonos, acciones, depósitos, dinero en efectivo, etcétera— más los activos no financieros —sobre todo viviendas y terrenos—, restadas las deudas.
¿Cuántos y cómo son los “ricos”?
Algunas estadísticas oficiales permiten caracterizar, al menos de manera general, a ese sector clasificado como pobres en Uruguay con el corte que da la “línea” por el método del ingreso: son personas con empleos muchas veces informales y de mediana o baja calificación, con pocos años de educación formal y, en muchos casos, integrantes de hogares monoparentales.
Mirando hacia arriba de la pirámide socioeconómica, ¿qué se puede decir de los “ricos” en Uruguay? Académicos que investigan estos temas dicen sobre los integrantes del 1% de la población con mayores ingresos —unas 25.000 personas— que son adultos mayores de 20 años, más varones que mujeres, poseen propiedades inmobiliarias y perciben —en promedio— ingresos mensuales superiores a los US$ 15.000 por roles que pueden ser gerenciales, pero también de accionistas de las empresas, además de cobrar rentas de capital, según datos de 2016 comentados por Mauricio De Rosa, del Instituto de Economía (Iecon) de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, en una entrevista en Voces publicada en abril.
Según dijo, ese 1% concentra aproximadamente el 15% del ingreso global en Uruguay, que a su vez equivale a lo que acumula el 50% de los más pobres. Para ese tipo de análisis se usan estadísticas de la Dirección General Impositiva (DGI) que son innominadas, lo que impide identificar a las personas, aunque sí cuantificarlas.
De Rosa subrayó que “el grueso de los ingresos es por capital”. En 1974, se suprimió el impuesto a la herencia y otro “sustitutivo de la herencia”, recordó; lo que hoy existe es el Impuesto a las Transmisiones Patrimoniales (ITP). “Se enfoca sobre todo en lo inmobiliario, y además no lo grava progresivamente. No tiene un efecto redistributivo”, comentó.
En 2023, el ITP recaudó el equivalente a casi US$ 94 millones. De acuerdo a las cifras públicas de la DGI, eso significó 0,6% de los ingresos tributarios nacionales totales.
En 2022, hubo un total de 162.383 contribuyentes del ITP, de los cuales 97.160 fueron participantes en compraventas (enajenantes y adquirentes), según datos de la oficina recaudadora obtenidos por Búsqueda mediante un pedido de acceso a la información pública y publicados en junio.
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La DGI les cobró el Impuesto al Patrimonio a unos 10.000 contribuyentes
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Por otro lado, la DGI cobra el Impuesto al Patrimonio (IP). Según cifras de la administración tributaria informadas por Búsqueda en 2022, el año anterior el número de contribuyentes había rondado los 10.000, sumando personas físicas, núcleos familiares y sucesiones indivisas.
“Lo paga muy poca gente y recauda muy poco. Hoy Uruguay no tiene ninguna imposición al patrimonio que sea progresiva. (...) En los ingresos tenemos instrumentos progresivos para redistribuir, pero en patrimonio o en herencia no tenemos instrumentos adecuados para poder alterar la concentración”, cuestionó el economista del Iecon.
La discusión sobre la imposición a los sectores más acaudalados no está ajena a la actual campaña electoral. En sus bases programáticas, de cara a un eventual gobierno en 2025-2030, el Frente Amplio propone “avanzar en la transformación del sistema tributario reduciendo impuestos al consumo y fortaleciendo la imposición a la renta, el gran capital y el patrimonio con el criterio de progresividad”. Sin embargo, el candidato de la coalición de izquierdas, Yamandú Orsi, ha dicho que no haría cambios tributarios relevantes si él es presidente.
“Millonarios” uruguayos
De acuerdo con los datos obtenidos del informe de UBS, la riqueza neta entre los adultos en Uruguay era de US$ 83.820, en promedio, y de US$ 35.567 en mediana —el valor central cuando se ordenan de menor a mayor—, que es un indicador más preciso de la “riqueza típica” dentro de una población, ya que no está tan influida por los valores extremos. Esos montos ubican al país en las posiciones 37 y 36, respectivamente, en el ranking de 56 economías abarcadas en esta edición (que representan más del 92% de la riqueza mundial y se benefician de los datos más sólidos, lo que nos proporciona una visión precisa de las principales tendencias de la riqueza en todo el mundo).
“En Uruguay, el nivel y la composición de la riqueza están en línea con mercados emergentes similares. La riqueza ha crecido con fuerza durante la última década, respaldada por una economía en crecimiento y una actividad sólida en el mercado inmobiliario. Recientemente, un período de fortaleza del peso uruguayo también impulsó los niveles de riqueza expresados en términos de dólares”, analizó, consultado por Búsqueda, Samuel Adams, economista de la Oficina Principal de Inversiones de UBS Global Wealth Management.
La riqueza global
Según el último reporte de UBS, el año pasado la riqueza global se recuperó de la caída de 2022. Si bien de un año a otro el crecimiento agregado de la riqueza tiende a fluctuar de manera relevante, la tendencia a largo plazo apunta a una desaceleración gradual cuando se mide en dólares y, en general, el aumento se ha enfriado: pasó de un promedio anual de 7% entre 2000 y 2010 a poco más de 4,5% entre 2010 y 2023.
Mientras que, por segmentos patrimoniales, el enriquecimiento se ha dado en todos, por regiones, el crecimiento fue más desparejo y con muy pocas excepciones.
La proporción de personas en el mundo en el nivel de riqueza más bajo —menos de US$ 10.000— se redujo desde 2008 (casi a la mitad entre 2000 y 2023), a la vez que la proporción de personas en todos los demás segmentos aumentó. Los integrantes de la segunda franja, considerablemente más amplia —de entre US$ 10.000 y US$ 100.000—, más que se duplicaron; según el banco suizo, ahora tienen tres veces más probabilidades de alcanzar una riqueza superior a US$ 1 millón.
La cima de la pirámide de riqueza mundial está formada por solo 14 personas con un patrimonio individual superior a los US$ 100.000 millones, y de casi US$ 2 billones en conjunto.
El reporte apunta que el crecimiento de la riqueza en América Latina “es fuerte, pero la desigualdad está siempre presente”.
En Brasil, cuando se mide en moneda local la riqueza promedio por adulto, se incrementó más de 375% desde la crisis financiera de 2008. Esto es más del doble del crecimiento de México (poco más de 150%) y más que el 366% de China continental. Sin embargo, la economía brasileña tiene la tercera tasa más alta de desigualdad de riqueza en la muestra de 56 países, detrás de Rusia y Sudáfrica.
Hacia el futuro, el análisis de UBS presagia que el número de millonarios va camino de seguir en aumento. En 2023, ya representaban el 1,5% de la población adulta de las economías abarcadas en el reporte. En Estados Unidos se localizó el número más alto, con casi 22 millones de personas (38% del total), seguido por China con poco más de 6 millones, aproximadamente el doble que en el Reino Unido, que quedó tercero.
Según las estimaciones del banco suizo, para 2028, la cifra de adultos con una riqueza superior a US$ 1 millón habrá aumentado en 52 de los 56 mercados de la muestra. En al menos un mercado —Taiwán— este incremento puede alcanzar al 50%. Sin embargo, habría dos excepciones a esa tendencia: el Reino Unido y los Países Bajos.