Ministro Gabriel Oddone crea una “unidad de inversiones” para reforzar su mantra pro-crecimiento

Sin megaobras en el horizonte como la de UPM 2 o el Ferrocarril Central, que en los últimos años engrosaron la tasa de inversión, su canto mántrico viene acompañado por una serie de cambios en los que están trabajando los técnicos del ministerio.

Para resolver eso se puso a trabajar a un equipo del ministerio liderado por Isabella Antonaccio, directora nacional de Zonas Francas. Parte de la solución implicará un cambio institucional: en el proyecto de ley de Presupuesto que irá al Parlamento antes de setiembre se va a convertir esa dependencia en una “unidad de inversiones, o sea que el Ministerio de Economía y Finanzas va a tener una unidad ejecutora específica para inversiones privadas dentro de la cual va a estar lo que es zona franca y todo lo que es Comap, de manera tal de que haya una única coordinación (…) para todo lo que es el vínculo con el sector privado”, anunció Oddone.

De hecho, adelantándose a esa transformación, recalcó que desde ya “todas las conversaciones en materia de renuncia fiscal y de resignación tributaria están siendo coordinadas por este equipo” de la cartera de Economía.

La revisión de cuánto y en qué el Estado resigna cobrar impuestos –lo que se conoce como “gasto tributario”- para darle un tratamiento preferencial a las empresas que invierten en el país o beneficiar a otros colectivos de la sociedad, fue un planteo reiterado por el Frente Amplio en la última campaña electoral.

“Este es un tema crucial, entre otras cosas porque nosotros tenemos un gasto tributario de siete puntos del PIB, que nos parece importante. No hay ninguna razón para eliminarlo, dado que precisamos inversión, pero tenemos que revisarlo para saber qué estamos invirtiendo, dónde queremos invertir y que el lugar donde estamos destinando recursos públicos es el mejor desde el punto de vista del potencial económico y el que tiene menos distorsiones en términos de equidad social”, argumentó el ministro.

"Darles algo" frente al impuesto global

Otro asunto relacionado con los impuestos a las empresas que tiene entre manos el ministerio es cómo mantener a Uruguay atractivo ante los cambios planteados en materia de tributación internacional, en particular, el impuesto mínimo global.

“La administración anterior recibió, y nos consta, planteos de empresas extranjeras que querían ser contribuyentes en el territorio uruguayo y por distintas razones no se pudo implementar”, relató el ministro. Su visión es que, más allá de la postura todavía poco clara de Estados Unidos, “hoy ya la Unión Europea, el Reino Unido, Suiza y el este de Asia están firmemente subidos a este compromiso; nosotros tenemos en Uruguay empresas cuyas casas matrices están en Finlandia, Luxemburgo, Reino Unido. Esas empresas son las que quieren que les demos un marco de tributación ahora, es decir qué condiciones les podemos ofrecer nosotros para poder pagar todo o parte del impuesto que tienen que pagar por la operación uruguaya en territorio uruguayo, algo que nos conviene fuertemente”.

Y prosiguió: “¿Qué quiere decir eso? Que nosotros lo que vamos a hacer es revisar cuáles son los aspectos de la Comap, porque lo que no podemos hacer es darles algo en compensación como 'pagá acá, porque con eso yo te exonero'. No puede ser un diseño a medida porque la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) esto lo tiene previsto, pero sí tenemos elementos a través de la Comap para poder hacer un diseño y en eso estamos trabajando”.

Varios legisladores de la oposición acompañaron el mensaje mántrico de Oddone como “música” para sus oídos.