Se trata de “recopilar, gestionar, producir e intercambiar información” de los alumnos mediante el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) como forma de “participar eficazmente en diferentes contextos de la vida: el hogar, el centro educativo, el lugar de trabajo y, en general, la comunidad que les rodea”, señala el documento de la IEA, que está integrada por organismos educativos oficiales, universidades y centros de investigación de 60 países. Ceibal es el coordinador nacional del estudio.
“El haber acortado la brecha de acceso a dispositivos y a internet no necesariamente se traduce en mejores desempeños y resultados en las habilidades en alfabetización digital y pensamiento computacional”, evaluó el presidente de Ceibal, Leandro Folgar, al comentar los resultados con Búsqueda. La “buena noticia”, en su opinión, es que este centro de innovación educativa “es contemplado como un actor protagónico” con incidencia en la currícula nacional y que “ahora sí hay un espacio para estudiar estos contenidos de manera obligatoria”.
Además de Uruguay, los participantes de Icils 2023 fueron Alemania, Austria, Azerbaiyán, Bélgica (Flandes), Bosnia y Herzegovina, Chile, China Taipéi, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Kazajistán, Kosovo, Letonia, Luxemburgo, Malta, Noruega, Omán, Países Bajos, Portugal, República Checa, República de Corea, Rumania, Serbia, Suecia y la región alemana de Renania del Norte Westfalia.
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Nuevo edificio del Instituto Tecnológico de Informática de UTU inaugurado en agosto
Mauricio Zina / adhocFOTOS
El pobre desempeño de Uruguay
Los resultados de los estudiantes uruguayos muestran un pobre uso de las pantallas para su formación, según el informe del Icils, que también confirma una “brecha digital”, donde el contexto sociocultural pesa, como destaca el informe local elaborado y publicado este martes por Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed).
El estudio constata que el rendimiento en competencias digitales, como en casi todas las habilidades académicas estudiadas en el país, está condicionado por la extracción socioeconómica y cultural de los alumnos.
La pesquisa muestra además que con la enseñanza a distancia —ya sea en modalidad de enseñanza y aprendizaje virtual o semipresencial—, aplicada en el sistema educativo local durante la pandemia provocada por el Covid-19, los resultados no mejoraron. Esto ocurrió pese a que el país presenta un porcentaje alto de alumnado con “conexión de calidad” a Internet.
Para esta evaluación se emplean dos tipos de instrumentos. Por un lado, pruebas estandarizadas de alfabetización computacional y manejo de información y de pensamiento computacional aplicadas a los estudiantes. Por otro lado, cuestionarios de contextualización para alumnos, docentes, directores, referentes de TIC de cada centro educativo y el coordinador nacional del Icils.
Los resultados de Uruguay en el Icils 2023 son bajos en las dos dimensiones del estudio. Alineado con lo registrado en la mayoría de los países participantes en las últimas ediciones —en los que los resultados se mantienen o empeoran—, la situación local en alfabetización computacional y manejo de la información no presenta diferencias estadísticamente significativas con la de 2018.
El Icils divide a los alumnos evaluados en cinco niveles: menor que 1, 1, 2, 3 y 4. En Uruguay, apenas el 36% de los evaluados supera el nivel 1 en 2023 en alfabetización computacional y manejo de información, y el 45%, en pensamiento computacional.
Un tercio de los estudiantes uruguayos de octavo grado no logra cumplir las tareas más simples de la prueba de alfabetización computacional y manejo de información (33%), ubicándose por por debajo del nivel 1 de desempeño, mientras que el 31% demuestra un conocimiento apenas funcional de las computadoras como herramientas (nivel 1). Otro 27% completa tareas básicas y explícitas de recopilación de información y gestión en la computadora bajo instrucción directa (nivel 2). Entretanto, apenas el 9% se ubica en el nivel 3 y unos pocos (menos del 0,5%) en el nivel 4, demostrando un uso más sofisticado de las herramientas digitales.
En relación con los resultados en pensamiento computacional, un 21% de los estudiantes es capaz de realizar solo las tareas más básicas y se ubican por debajo del nivel 1. Un 34% puede resolver problemas en los que existe un conjunto de pasos por lo general pequeño y funcionalmente independiente (nivel 1) y otro 32% aplica conceptos computacionales algo más exigentes (nivel 2). Pero solo el 11% comprende e integra una amplia variedad de conceptos y métodos computacionales (nivel 3) y un 2% reconoce y analiza problemas que implican mayor complejidad y órdenes computacionales y aplica abstracciones a problemas del mundo real (nivel 4). En este último nivel se destacan muy pocos alumnos, salvo en países como Corea del Sur (el 6,4%) o Taiwán (el 2,8%).
En general, los estudiantes uruguayos con buenos puntajes en la prueba de alfabetización computacional y manejo de información suelen tener buenos desempeños en la prueba de pensamiento computacional.
“Brecha digital” por instituciones y contextos
Uruguay se caracteriza por tener una dispersión de los resultados, lo que los especialistas en educación llaman “brecha” entre el rendimiento de sus estudiantes relativamente alta. Ello significa que tiene muchos alumnos con muy buenos resultados y también muchos otros con resultados bajos.
Las diferencias de los resultados de Uruguay en las dimensiones evaluadas por el Icils —alfabetización computacional y manejo de información y pensamiento computacional— se explican sobre todo por una importante segregación socioeconómica y cultural entre instituciones y contextos. Así como ocurre en matemática y lectura —comprobada en pruebas locales e internacionales—, la segregación se traduce en una importante inequidad en los desempeños en ambas dimensiones.
Los puntajes promedios en alfabetización computacional y manejo de información y en pensamiento computacional son mayores en liceos privados que en liceos públicos y en estos últimos que en escuelas técnicas. Sin embargo, al considerar los centros educativos de similar composición socioeconómica, no existen diferencias en el puntaje de quienes asisten a liceos públicos y privados, aunque persiste una desventaja (más de 45 puntos en promedio) para quienes asisten a escuelas técnicas.
Por otra parte, los estudiantes uruguayos de familias y centros educativos de contextos más favorecidos y aquellos que no tienen extraedad obtienen mejores resultados que sus pares de familias de contextos menos favorables o que cursan el grado objetivo con extraedad. Así es que, en el caso uruguayo, el uso diario de TIC, la composición socioeconómica del centro educativo y la expectativa del estudiante de completar una carrera universitaria son los factores destacados por el Icils mayormente vinculados al desempeño de los adolescentes en las competencias digitales.
A su vez, en 2023, entre los estudiantes de octavo del quintil 1 —el más pobre— un 25% no tenía equipo disponible, mientras que en el quintil 5 no lo tenía un 16%.
Liceales_Clase_Vitural_En la foto: Adolescentes durante la tarea liceal. Foto: Javier Calvelo: adhocFOTOS.jpg
Adolescentes durante la tarea liceal durante la pandemia en 2021
Javier Calvelo/ adhocFOTOS
Aprender las TIC dentro y fuera de los centros
Los alumnos uruguayos aprenden en los centros educativos bastante menos que la media a buscar información de forma adecuada en la web. Por ejemplo, a organizar archivos digitales, comprender y manejar hojas de cálculo y tareas de programación precisando las búsquedas, confirmando la fiabilidad de los datos y citando las referencias precisas de las fuentes consultadas. En cambio, reciben más formación en edición de documentos y de archivos multimedia.
Menos del promedio sabe usar de forma segura y respetuosa las TIC en el ámbito escolar. Para este indicador se miden parámetros como la difusión de imágenes e información personal, mecanismos de denuncia del ciberacoso y atención a los riesgos psicológicos o de protección de la salud mental.
Los resultados del Icils revelan un incremento en el uso de las TIC por parte de los estudiantes de octavo grado, tanto dentro como fuera de los centros educativos. Según la percepción de los alumnos, el uso de las TIC tiene lugar mayormente fuera del aula y con fines no educativos. Algo más de la mitad del alumnado uruguayo dice realizar actividades en redes sociales mientras estudian.
El principal uso de las TIC en las aulas uruguayas es la búsqueda de información en Internet. Entre las aplicaciones especializadas, se destaca el recurso de sistemas de gestión de aprendizaje (plataforma CREA). Cuatro de cada 10 estudiantes dicen que se les enseñó a escribir programas informáticos usando lenguajes de programación como Python, JavaScript, LUA o Swift.
Los uruguayos consideran, en mayor medida que el promedio de los países participantes de la prueba, que es importante que en la institución educativa se les enseñe a programar. Y la mayoría espera que las TIC les permita obtener un trabajo bien remunerado y realizar tareas interesantes, aunque solo a la mitad le gustaría desarrollar estudios en el área y algunos menos desean que programar sea parte de su empleo.
Muchos alumnos reconocen que el uso de TIC conlleva consecuencias tanto positivas como negativas para la sociedad, como afecciones de salud por uso excesivo, aislamiento social o reducción del empleo.
Los autores del informe señalaron que la integración de la inteligencia artificial generativa (por ejemplo, ChatGPT) en los componentes alfabetización computacional y manejo de información y pensamiento computacional, prevista por la IEA, afectará las próximas ediciones de la prueba.
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Olimpiada de robótica y programación de video juegos en la sede de Ceibal en noviembre
Mauricio Zina / adhocFOTOS
Las alumnas no aventajan a sus pares varones
El informe señala que las alumnas presentan un mejor rendimiento que los estudiantes varones en alfabetización computacional y manejo de la información —la diferencia es estadísticamente significativa— en casi todos los países evaluados. Hay tres excepciones a esa tendencia: Hungría, República Checa y Uruguay.
En Ceibal “llamó la atención” este dato, según dijo a Búsqueda su titular. Leandro Folgar indicó que el desempeño femenino en estas áreas es un tema a investigar.
En Uruguay no se encontraron diferencias por sexo en alfabetización computacional y manejo de información. Y es también uno de los seis países en los que, al igual que para el promedio ICILS, se encuentran diferencias significativas en pensamiento computacional: los varones uruguayos obtienen, en promedio, 13 puntos más que las mujeres.
Otras reflexiones
Sobre la explicación de los bajos resultados de Uruguay en el Icils, Folgar y las autoridades educativas señalaron que la enseñanza de alfabetización computacional y manejo de información y de pensamiento computacional en instituciones públicas de Uruguay se vincula, principalmente, a esfuerzos de Ceibal en articulación con la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP).
Antes de la transformación curricular en curso, los contenidos relativos a estos temas en los planes de estudio eran opcionales en educación primaria y en media básica se abordaban en la asignatura Informática, mientras que la enseñanza de pensamiento computacional era completamente opcional, indicó el titular de Ceibal.
Folgar apuntó que en comparación con otros países deben considerarse, además, factores socioeconómicos, como el PIB per cápita o el porcentaje de este que se destina al gasto público en educación, en los que Uruguay se encuentra en desventaja respecto a la mayoría de los participantes del Icils.
Los autores del informe internacional destacan entre sus conclusiones: “Desafiando la noción de nativos digitales (Prensky, 2001), esto parece indicar que pertenecer a una generación en la que el uso de tecnologías digitales se encuentra muy extendido no implica el desarrollo de las capacidades necesarias para utilizar, consumir y producir información digital de modo efectivo”.