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La Fuerza Aérea quiere comprar su primer avión no tripulado para misiones de seguimiento, vigilancia y patrulla
Fabricado por una empresa brasileña, se usa para acciones militares y de seguridad pública, como el monitoreo de áreas controladas por organizaciones criminales
El UAV Harpía tiene la capacidad de identificar y ubicar blancos
En los últimos cinco años la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU) reforzó su flota con la incorporación de seis aeronaves de combate A-29B Super Tucano de Embraer, un avión de transporte regional EMB 120 Brasilia del mismo fabricante y dos Hércules C-130-H adquiridos a España para transporte táctico. Ahora, la FAU va por su adquisición más vanguardista: un vehículo aéreo no tripulado, diseñado para operarse con control remoto y sin piloto a bordo.
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El 17 de marzo, la Fuerza Aérea celebró su 112º aniversario y el nuevo comandante en jefe de la institución, Fernando Colina, destacó las nuevas aeronaves compradas en el pasado período de gobierno. “Todo esto nos permite mejorar nuestra capacidad en misiones de auxilio y asistencia, particularmente en misiones de apoyo humanitario y transporte estratégico, ya sea dentro o fuera de nuestras fronteras, ser más efectivos en el control de nuestro espacio aéreo, ampliar nuestras posibilidades de intervención en diversas situaciones que requieran despliegue rápido y versatilidad, entre otros”, dijo sobre los Super Tucano, el Brasilia y los Hércules.
Frente a Colina estaban el presidente Yamandú Orsi y la ministra de Defensa Nacional, Sandra Lazo. En el cierre de su discurso, el comandante en jefe planteó la necesidad de continuar “evolucionando” con la incorporación de más equipamiento. “Acompasando el devenir de las nuevas tecnologías, se proyecta la incorporación de aeronaves no tripuladas de gran envergadura, lo que fortalecerá la operativa en misiones militares, además de aportar capacidades en vigilancia ambiental, prevención de incendios forestales y apoyo a misiones de paz”, sostuvo.
Fernando Colina durante el acto aniversario de la Fuerza Aérea Uruguaya
Mauricio Zina/adhocFOTOS
Fuentes militares dijeron a Búsqueda que la adquisición de una UAV (el acrónimo en inglés para las aeronaves no tripuladas) se trata por el momento “de una idea” a concretar a mediano y largo plazo con el objetivo de dotar a la Fuerza Aérea Uruguaya de tecnología de última generación que otras fuerzas militares ya tienen disponible desde hace décadas: Estados Unidos, por ejemplo, ya en 1995 empleaba un avión de este tipo (el MQ-1 Predator, producido por la empresa General Atomics) para misiones de espionaje e incluso de combate en lugares como Afganistán, Bosnia y Pakistán.
La intención es que, una vez adquirido, el avión sea operado por el Servicio de Sensores Remotos Aeroespaciales de la FAU, encargado de todas las tareas de observación, detección, interpretación y análisis dentro de la fuerza. Este servicio trabajó recientemente con una aeronave no tripulada de larga distancia y gran tamaño durante la ceremonia de transmisión de mando presidencial, el 1º de marzo. “Fue utilizado para el monitoreo y el control del área comprendida entre el Palacio Legislativo y la plaza Independencia, proporcionando una vigilancia ininterrumpida antes, durante y después de la ceremonia, para garantizar la seguridad en todo momento”, explicó días después del evento la Fuerza Aérea en un comunicado de prensa.
La aeronave, denominada Harpia, fue prestada por Advanced Technologies Security & Defense, una empresa brasileña basada en San Pablo, que nació como startup en 2014 y que el año pasado recibió una inversión de capital privado de US$ 2,74 millones para impulsar su valor de mercado a US$ 13,7 millones.
¿Cómo es la nueva tecnología que pretende la Fuerza Aérea?
Bruno Cunha, director ejecutivo de Advanced Technologies, valoró el convenio con la Fuerza Aérea que permitió a Uruguay disponer de la aeronave Harpia. La entrega del avión para la asunción de Orsi es parte de la estrategia de promoción de Advanced Technologies con distintos países: además de Uruguay, la empresa inició conversaciones para la compra de equipos con Brasil e Indonesia, entre otros.
“Un evento de este nivel recibe atención internacional y cuenta con la presencia de diversas autoridades de varios países. Poder participar en la seguridad trae una notoriedad muy grande. Logramos demostrar la tecnología, la capacidad y la eficiencia de nuestros equipos a todos los involucrados”, dijo Cunha a Aeroin, un portal brasileño especializado en aviación.
Harpia es el principal producto de Advanced Technologies, que fue creada como una startup de agrotecnología para la fabricación de drones de alto rendimiento que se pudieran utilizar en el monitoreo forestal y ambiental y en la detección de acaparamiento de tierras y deforestación. En su dossier de venta la empresa describe a Harpia como “uno de los vehículos aéreos no tripulados más eficientes y modernos del mercado”. Además de versatilidad en aplicaciones agrícolas, puede emplearse para seguimiento de largo alcance, vigilancia de áreas críticas y prevención de incendios. “Es altamente eficiente en patrullas fronterizas, prevención de descamino, malversación de recursos y en actividades de búsqueda y rescate por su capacidad de detección de teléfonos celulares ubicados por sus coordenadas”, indica el dossier.
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Después de usarlo el 1º de marzo, la Fuerza Aérea elogió el avión por su “excelente rendimiento y sus múltiples ventajas operativas”, como la autonomía de vuelo de hasta 12 horas, la capacidad de operar en condiciones climáticas adversas y la utilización de canales de transmisión de datos encriptados. Además, valoró dos elementos especialmente importantes en operaciones militares que requieren de discreción y reserva: su baja firma acústica (es decir, un bajo nivel de ruido cuando está en funcionamiento) y su visual a 1.000 metros de altura, que lo hace difícil de detectar a simple vista desde el suelo.
En Brasil el Harpia fue aprobado por el Ministerio de Justicia de Brasil para tareas de seguridad pública y la Policía Federal mantuvo reuniones con Advanced Technologies para avanzar en una posible compra, con la intención concreta de emplearlo en la vigilancia de zonas dominadas por organizaciones criminales, tanto en barrios metropolitanos como en posibles terrenos de producción de drogas. El Ejército de Brasil, por su parte, ha evaluado la aeronave como un complemento para sus sistemas de artillería debido a su capacidad para proporcionar información sobre la localización de blancos enemigos y corregir de forma instantánea el tiro de artillería mediante software.