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Ni “señor” ni “señora”: Ministerio del Interior recomienda a policías usar lenguaje neutro en procedimientos
Una guía sobre diversidad sexual del ministerio da lineamientos para evitar estereotipos y actitudes discriminatorias sobre la población LGTBQI+; pide a los policías que no asuman que las personas son heterosexuales y que pregunten a quienes son trans cómo desean ser llamados
El Ministerio del Interior recomienda a sus policías que, al indagar a una persona, no asuman que es heterosexual
El Ministerio del Interior entregó a todas las unidades de la Policía Nacional una guía sobre género y diversidad sexual para mejorar su comportamiento y evitar actos de discriminación durante procedimientos policiales. “Apunta a brindar herramientas conceptuales y prácticas que redunden en una mejor respuesta policial a la población”, explica en el prólogo Angelina Ferreira, directora nacional de Políticas de Género.
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Ferreira lideró a inicios de mes una conferencia de prensa para presentar el documento, que consta de 80 páginas y fue elaborado por la Dirección Nacional de Políticas de Género del Ministerio del Interior junto con el Fondo de Población de las Naciones Unidas. La guía recomienda conductas específicas para los policías y también acciones a tomar por parte del Ministerio del Interior en la institución. En concreto, pide al ministerio “promover una comunicación que reconozca mensajes e imágenes no estereotipadas de la población LGBTQI+” y “condenar y sancionar toda forma de discriminación en el marco de la atención y servicios que brinda el ministerio en todas sus unidades y dependencias”.
El Código de Ética Policial, creado por decreto en 2015, establece que se sancionarán las conductas de abuso interpersonal, acoso sexual, acoso laboral, hostigamiento o discriminación, aunque se enfoca especialmente en el ámbito interno de trabajo y no en el trato con la ciudadanía.
Sobre los procedimientos policiales, el código de 2015 señala que “la Policía actuará conforme a los principios de imparcialidad, igualdad y no discriminación, respetando el principio de presunción de inocencia y con especial consideración por la dignidad de las personas involucradas”. Para ello, ejercerá sus funciones sin discriminación contra personas o grupos por motivos de raza, sexo, idioma, religión, opinión política, edad, orientación o identidad sexual, origen nacional, posición económica o cualquier otra condición.
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Angelina Ferreira, directora nacional de Políticas de Género
Presidencia de la República
El enfoque del Ministerio del Interior hacia el género y la diversidad
La guía sobre género y diversidad sexual fue originalmente elaborada en 2016, pero fue actualizada ahora para añadir más términos, incorporar la normativa nacional e internacional y acompasar la mayor importancia que el Ministerio del Interior ha dado al tema con la creación en 2020 de la Dirección Nacional de Políticas de Género. Este salto jerárquico fue acompañado durante este período de gobierno con cursos para introducir a los policías en temas como la hipersexualidad y el machismo.
Es sobre la población trans donde brinda mayor detalle para la actuación policial, ya que se trata de un grupo donde más del 90% de las personas declaran haber sufrido alguna situación de discriminación a lo largo de sus vidas, con la familia y los centros educativos como los espacios de mayor ocurrencia de estas situaciones.
“Si bien el utilizar el ‘señor’ o ‘señora’ ha sido muestra de respeto, se recomienda en la actualidad utilizar lenguaje neutro hasta que se sepa cómo desea ser llamada la persona”, señala la guía, que agrega que frente a un intercambio con una persona trans los policías deben “respetar su identidad con la finalidad de evitarle situaciones de exposición e incomodidad”. Actuar de forma correcta implica “no presuponer que la ocupación de las personas trans es necesariamente el trabajo sexual” y consultar al interlocutor por el nombre con el cual se identifica para llamarlo por ese mismo nombre, “no por el que aparece en su documento de identidad” (en caso de que no haya realizado el cambio de nombre registral).
La guía destaca que una adecuada interacción con las personas trans no solo transparenta la relación entre la policía y la comunidad sino que también apuntala protocolos estrictamente policiales y de seguridad pública: en investigaciones como rapiñas y homicidios contra personas trans o que se presumen trans, recomienda a los policías registrar el nombre que aparece en el documento de identidad de la víctima pero también consultar a testigos, vecinos o allegados sobre el “nombre social” con el que se identifica la persona. “Se ha comprobado que a veces el entorno no la reconoce por el nombre de su documento de identidad, lo que podría obstaculizar e incluso impedir una investigación eficaz del delito cometido”, argumenta.
A escala general, en el trato con todos los miembros de la sociedad, la guía llama a la policía a “tener especial cuidado en el manejo de la información” en el caso de que conozca la orientación sexual de una persona. “Puede suceder que una persona gay, lesbiana o bisexual por miedo a ser rechazada o discriminada no haya comunicado esta situación en su entorno familiar, laboral o barrial y no se deberá de hacerlo público”, señala. También solicita a los policías que sean cautelosos al realizar consultas o indagaciones a los ciudadanos, evitando asumir o implicar que siempre están tratando con personas heterosexuales.
Policías de la Jefatura de Montevideo previo a un operativo en la semana de carnaval
Pablo Vignali/adhocFOTOS
Aunque con menor profundidad, la guía también ofrece datos y sugerencias sobre la violencia de género. A diferencia de la diversidad sexual, se trata este de un ítem que vienen trabajando desde hace años tanto el Ministerio del Interior como la Policía Nacional, a través de talleres y capacitaciones que se imparten en la Dirección Nacional de Educación Policial.
Desde el 11 de setiembre, por ejemplo, se lleva adelante un curso de actualización en violencia doméstica y de género que tiene como objetivo “fortalecer la profesionalización de la respuesta policial en la prevención y garantía de los derechos y libertades fundamentales de la población”. El curso es organizado por la Dirección Nacional de Políticas de Género, que en agosto inauguró su propia sede para conmemorar su cuarto aniversario. Del acto participaron la directora nacional, Ferreira, la vicepresidenta Beatriz Argimón y el subsecretario del Ministerio del Interior, Pablo Abdala, que resaltó las inversiones realizadas por la actual administración en el área.
“Significaron la apertura o reapertura de 17 de las 57 comisarías especializadas en violencia doméstica y violencia de género en todo el país, más de 1.000 capacitaciones otorgadas al personal policial y de diferentes organismos y destinar este año 240 millones de pesos a la incorporación de tobilleras electrónicas”, destacó Abdala.
