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En el tramo final, blancos buscan mostrar a Álvaro Delgado más como “presidente” que como candidato
En búsqueda del votante indeciso, los dirigentes del Partido Nacional plantean el contraste entre la “solidez” y la ”certidumbre” de Álvaro Delgado versus “la falta de liderazgo” de Yamandú Orsi y los “radicalismos” del Frente Amplio
Quizás no quede un integrante del sistema político y todo lo que lo orbita sin decir a los cuatro vientos que esta es una campaña electoral chata, apática, sin demasiado fervor militante, que no ha logrado prender entre la gente. Que no ha logrado contagiar. Los analistas sostienen que una de las posibles razones es que se trata de una contienda inédita de transición o renovación de liderazgos partidarios. O directamente con líderes que observan necesariamente desde afuera. Es lo que pasa en el Partido Nacional, donde nadie discute la jefatura partidaria del presidente de la República, Luis Lacalle Pou. Desde el propio comando del candidato blanco, Álvaro Delgado, se usó desde el inicio la idea de la “reelección” como claim de campaña y se aprovechó la buena imagen del mandatario para que todas las listas al Senado sean encabezadas con su nombre, aun cuando no tiene previsto asumir su banca en el próximo período de gobierno. El presidente está, pero no está.
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A menos de 20 días de las elecciones, sin las armas de seducción ni el carisma de un Lacalle Pou que no puede ser reelecto y con la obsesión de llegar a ese núcleo de votantes indecisos que serán determinantes en una elección reñida, los dirigentes blancos procuran instalar en el electorado ya no la idea de Delgado “candidato” sino la de Delgado “presidente”. Y en especial buscan asociar esa idea al concepto. ¿Qué pasa si Delgado no es el próximo presidente? Esa es la estrategia que se está repitiendo desde hace semanas en actos con militantes y en conversaciones mano a mano: plantearle al votante que imagine un escenario de crisis capitaneado por Delgado y otro con el candidato del Frente Amplio Yamandú Orsi. Se apela a la imagen de capitán de tormenta que exhibió el exsecretario de Presidencia durante la pandemia y se la contrapone con lo que entienden es un Orsi “titubeante” y sin “capacidad de liderazgo”. Son varios los blancos que proponen el ejercicio de “cerrar los ojos” y proyectar un país con uno u otro como presidente.
En entrevista con Búsqueda, la candidata a vicepresidenta por el Partido Nacional, Valeria Ripoll, cargó con munición gruesa contra el postulante frenteamplista. “Yo le pregunto a la gente: ‘Quién querés que sea presidente si llega a pasar algo en el próximo período’. ¿Orsi está capacitado para liderar el país en una situación adversa? Yo creo que no. Y hay que decírselo a la gente, a los propios y a los que tengan el voto en duda. ¿Alguien cree que va a ser buen presidente?”, se preguntó. Ripoll dijo que “ninguno de los dos” integrantes de la fórmula del Frente Amplio — Orsi y la exintendenta de Montevideo Carolina Cosse— “pudieron con sus departamentos”. “Y ahora plantean dirigir un país”, cuestionó. “Uruguay corre el gran riesgo de retroceder mucho. Álvaro es un candidato sólido. Esas cosas deberían estar en el centro de la campaña”, afirmó Ripoll.
Y agregó: “Orsi no es líder, es un tipo bonachón, simpático, pero por ser buen tipo no va a ser buen presidente”.
La alerta a los argentinos
Fuera de fronteras, el discurso también se repite. Delgado disertó en el mediodía del lunes 7 en el Sheraton Hotel de Buenos Aires invitado por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción. Y allí, ante un auditorio con afinidades ideológicas, machacó sobre los “riesgos” de una victoria del Frente Amplio y enfatizó en la idea de que “no es lo mismo” que gane uno u otro partido.
Delgado habló de las “cinco crisis” que tuvo que enfrentar el gobierno y se detuvo durante varios minutos de su discurso en cuestionamientos a la oposición. “Nunca quisimos hacer lo que otros nos empujaban a hacer”, dijo, e insistió en que en esta elección están en juego “dos modelos de país”. “No es Orsi versus Álvaro”, afirmó. Y subrayó que “no son lo mismo”.
“Vengo a decirles que soy el candidato de la continuidad”, les avisó a los aproximadamente 170 empresarios argentinos que concurrieron al almuerzo. Delgado señaló que “lo único” que ofrece el Frente Amplio es “incertidumbre” y lamentó los “radicalismos” sin “contrapesos” que exhibe hoy el partido de oposición.
El candidato oficialista preguntó qué va a hacer la fuerza política de izquierda con “los piquetes”, con la reforma educativa y con la regla fiscal. Y advirtió sobre los riesgos de apoyar el plebiscito en contra de la reforma jubilatoria: “Es irresponsable, peligroso”. “En una noche podemos borrar lo que escribimos 40 años con la mano”, insistió.
Ante preguntas concretas de los empresarios, Delgado volvió a alertar sobre la imagen del Uruguay en el exterior si se aprueba el plebiscito de la seguridad social. Aventuró que en un eventual gobierno suyo tendrá el “mejor de los vínculos” con sus pares argentinos y destacó que le interesa que “Argentina esté bien” para que haya un “efecto derrame sobre la economía uruguaya”.
Entre el público estaba el senador blanco Sebastián da Silva, que, alineado a la estrategia de un Delgado no tan candidato y más presidente, publicó en su cuenta de X: “Un presidente sólido que ofrece certezas y aleja miedos que se están planteando por acá si ganan los FA-PIT”.
