Y esta posibilidad de Salle aterrizando en el Parlamento, salpicada con escenas de sus habituales desbordes, prende alarmas en el sistema político y especialmente en la coalición de gobierno. Algunos de sus dirigentes no dudan en afirmar que el discurso dentro del Poder Legislativo puede ser potencialmente peligroso, no solo para el funcionamiento del Parlamento, sino para todo el sistema político en sí.
La última aparición de Salle en el programa de Canal 12 Esta boca es mía, que incluyó insultos entre el candidato y el panelista Alfredo García (quien lo trató de “bufón con megáfono”), causó especial preocupación entre algunos legisladores de la coalición y analistas políticos. Hay quienes creen que, de reiterarse el comportamiento de este mediático abogado en las bancas del Palacio Legislativo, puede que sea necesario llamarlo al orden.
Embed - Gustavo Salle y Alfredo García tienen una fuerte discusión en Esta boca es mía
“A mí me irrita; obviamente, yo no soporto que el tipo, libre de cuerpo, le diga al presidente que es un narcotraficante, que le diga como le decía al gobierno del Frente. O sea, eso él no lo va a poder seguir haciendo dentro del Parlamento, si no, lo van a echar”, dijo a Búsqueda el politólogo Daniel Chasquetti. Y argumentó que los parlamentarios pueden “corregir a sus miembros por falta de decoro”. Chasquetti ejemplificó que la senadora blanca Graciela Bianchi “podría haber sido expulsada por falta de decoro, pero había una mayoría que bloqueó la iniciativa que presentó el Frente Amplio en la Comisión de Constitución del Senado. Pero en el caso del Salle, estaría solo”.
El politólogo analizó que si Salle sigue con esta prédica dentro del Parlamento, “la va a tener muy oscura”. Y agregó: “Lo que va a tener que hacer Salle es adecuarse al lugar. Desde luego, podrá reivindicar todo lo que reivindica, pero con otros modales. Estos modales groseros son muy útiles para captar al público enojado que es refractario y que por suerte es una proporción pequeña”.
Dentro del oficialismo, algunos legisladores consideran que el futuro del mediático abogado tiene dos caminos posibles. Uno es que el “sistema se lo coma”, como ya ocurrió con el ahora diputado del Partido Ecologista Radical Intransigente, César Vega. “El sistema se va a encargar de explicarle y amoldarlo en la convivencia diaria, como ocurre con todos. Porque si ingresa, va a tener que cumplir con las reglas”, dijo un legislador nacionalista.
Otro legislador colorado confía en que Salle “no va a decir los disparates que está diciendo ahora en los medios” y “se lo va a terminar comiendo el sistema, porque el exabrupto tiene sentido antes de la elección pero no luego”.
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Cartel de Gustavo Salle en su sede partidaria, en Av. 18 de Julio de Montevideo.
Javier Calvelo / adhocFOTOS
Pero el otro camino posible es que Salle sea electo y no se lo trague el sistema. En ese caso, no son pocos los legisladores que creen que puede ser necesario aplicarle el artículo 115 de la Constitución, que habilita a cada cámara a “corregir” a sus miembros por “desorden de conducta” y hasta “suspenderlo en el ejercicio de las mismas”, por dos tercios de los votos. Incluso, también permite removerlo por “imposibilidad física o incapacidad mental superviniente a su incorporación, o por actos de conducta que le hicieren indigno de su cargo”.
Durante esta legislatura, el Frente Amplio intentó infructuosamente aplicar este artículo en el Senado a la senadora Bianchi y en Diputados al representante colorado Omar Estévez. Ese mismo artículo se utilizó para destituir del cargo al difunto exsenador frenteamplista Germán Araújo en 1986, acusado de convocar a una asonada en protesta por la aprobación de la ley de caducidad.
“Este tipo está desbocado, dice cualquier disparate, difama y acusa a diestra y siniestra, pero nunca presenta una prueba de nada. Si llegara a ser electo y actúa de esa manera, obviamente que podría tener algún tipo de causal del 115”, dijo a Búsqueda un diputado colorado.
No son pocos los legisladores que creen que puede ser necesario aplicarle el artículo 115 de la Constitución, que habilita a cada cámara a “corregir” a sus miembros por “desorden de conducta” y hasta “suspenderlo en el ejercicio de las mismas”, por dos tercios de los votos.
Otro legislador de ese mismo partido pronosticó que ese resultado podría darse si se pone a insultar o a hablar de “narcopartidos”, como “ya lo ha hecho”. “Y a diferencia de otros casos, no va a tener una bancada que lo defienda”, sostuvo.
En filas nacionalistas, el diputado y coordinador de bancada, Juan Martín Rodríguez, dijo que Salle, en caso de ser electo, “al igual que los demás integrantes de la cámara, deberá cumplir con la Constitución y el reglamento, y tendrá todos los derechos, potestades e inmunidades que tiene un parlamentario. Y, como cualquiera, en caso de quebrantarlo, será pasible de sanciones, pero, como a cualquier legislador, no se lo prejuzga”.
La primera suplente del candidato en las dos cámaras es su hija, la odontóloga Nicolle Salle.
El programa de gobierno: derogar, investigar
La agenda de gobierno está muy centrada en cuestiones sanitarias. Promueve la creación de una “comisión especial investigadora” que evalúe e investigue todo lo referido a la vacunación del Covid-19. “Se propondrá la realización de investigaciones por posibles crímenes de lesa humanidad y de genocidio en perjuicio de compatriotas, por presuntas lesiones y presuntas muertes provocadas por las inoculaciones de COVID 19” (sic).
También plantea derogar las leyes de género, trans y de aborto. Y propone “eliminar la exigencia de gestionar un carné de control de salud como requisito obligatorio para trabajar, por ser violatorio de la Constitución de la República, reemplazándolo por un conjunto de chequeos y exámenes médicos voluntarios bianuales gratuitos”.
En el área económica promueve “una política financiera y monetaria encaminada a desincentivar el endeudamiento público, externo y el cumplimiento de los compromisos asumidos para en el futuro liberar al país de los condicionamientos ejercidos por las agencias calificadoras de riesgo, de crédito u organismos multilaterales de crédito y todo otro acreedor”. Y en seguridad pública señala que el “principal factor criminógeno” de la sociedad “es la corrupción estructural que afecta al país”. “Las organizaciones criminales han logrado penetrar e infiltrar la superestructura estatal, los partidos políticos, las organizaciones sindicales y sociales”, dice en su programa de gobierno.
Gustavo Salle y la cleptocorporatocracia
Otro de los enemigos acérrimos de Salle: la cleptocorporatocracia. “Clepto es ‘ladrón’. Corporato hace referencia a la estructura jurídico-económica, las corporaciones. Cracia es ‘poder’. Poder de las corporaciones ladronas, poder de los delincuentes multimillonarios; que no la cuentan, la pesan, que son los que bancan a los títeres, a los funcionales”, explicó el candidato en una entrevista con Facundo Ponce de León en 2019. “¿Quiénes son los funcionales? Las garrapatas, los políticos”, puntualizó.
Salle tiene una buena presencia en plataformas digitales, particularmente en TikTok, terreno fértil para intentar captar jóvenes a través de discursos indignados.
“El joven tiene que darse cuenta que cuatro viejos pedófilos degenerados de la oligarquía internacional, del Foro de Davos, van a determinar sobre tu propio cuerpo. Van a decirte qué es lo que tenés que hacer y dejar de hacer. Te van a controlar. A través del señuelo sanitario. A través de la moneda digital del Banco Central. A través de la educación. No vas a ser dueño de tu vida, no vas a ser dueño de tu cuerpo”, dice Salle en TikTok, en primer plano, con auriculares con micrófono incorporado, al mejor estilo gamer.
“Necesitamos una juventud movilizada, una juventud que se esté rebelando ante este tipo de imposiciones que viene con el cuento americano, el cuento chino del Covid, del calentamiento global y una cantidad de embustes. Que lo lleva adelante el Frente Amplio, que lo llevan adelante los multicolores. “¡Una movilización por el autogobierno de tu propio cuerpo que estos tipos te lo quieren usurpar!”, grita Salle.