• Cotizaciones
    sábado 08 de marzo de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    Una jornada de euforia y emoción frenteamplista con el mensaje presidencial de la mano tendida

    En la asunción de Yamandú Orsi se reivindicaron los 40 años de democracia y hubo mensajes de diálogo con la oposición, pese a que la militancia abucheó al presidente saliente Luis Lacalle Pou

    “Entre el asombro y el desconcierto”, definió su momento el presidente de la República, Yamandú Orsi, cuando se asomó desde la puerta de su casa en Salinas, repleta de militantes frenteamplistas que lo fueron a saludar unas horas antes de que se colocara la banda presidencial en la plaza Independencia. Fue un momento coloquial, de cercanía, nada solemne ni protocolar. “Te manda saludos mamá, que no pudo venir porque se cayó”, se despachó entre los micrófonos y los abrazos uno de los asistentes a la jornada histórica de su vecino el presidente. “Un montón de emociones juntas amontonadas ahí”, volvió a intentar explicar Orsi ese mundo de sensaciones que lo atravesaba. Eran cerca de las 12 del mediodía.

    Sobre la una de la tarde, la avenida del Libertador empezaba a poblarse. En las inmediaciones del Palacio Legislativo se fueron ubicando tras las vallas los que querían un lugar de privilegio para ver pasar la caravana con la fórmula presidencial. En los espacios para publicidad de las paradas de los ómnibus de la zona, un solo mensaje firmado por Presidencia: “40 años de democracia y libertad”. Esa fue la consigna del día. El concepto antigrieta que se intentó subrayar. Una pareja, sentada en reposeras de playa, compartía mate y galletitas dulces para matar la espera. Frente a ellos, una manifestación inesperada y ruidosa. Parte de la barra brava de Peñarol, con banderas, paraguas y carteles, fue hasta allí para gritarle al futuro presidente que “el nuevo gobierno no se olvide de los pibes en Río” de Janeiro. Las pancartas y los cánticos eran en alusión a hinchas aurinegros detenidos y encarcelados en Brasil luego de un partido por la Copa Libertadores. “¡A los pibes los vamos a traer!”, repetían los manifestantes carboneros en medio de una batucada incesante que contrastaba con la parsimonia con la que esperaban los que tenían las banderas con los colores rojo, blanco y azul del Frente Amplio. Convivían la celebración y la protesta.

    Poco antes de las dos de la tarde, Orsi y la vicepresidenta de la República, Carolina Cosse, subieron las escalinatas del Palacio Legislativo, alfombradas y de color rojo. Prestaron los juramentos de estilo. Y tuvo lugar el primer discurso presidencial ante la Asamblea General, bajo la atenta mirada de tres expresidentes: Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle de Herrera y José Mujica. Fue un mensaje breve. Duró algo más de 23 minutos. El más corto de los últimos cinco discursos de asunción en el Parlamento. A tono con la consigna de la jornada, el presidente destacó la solidez democrática que ostenta Uruguay. “Este es un país de partidos políticos, de alternancia en el poder, de acuerdos. Un país en el que la confianza sigue siendo un elemento central para su funcionamiento. Por eso decimos que el Uruguay es un país que funciona. Así que gracias, democracia, gracias, República, gracias, partidos políticos, por hacer de este Uruguay una amalgama plural de convivencia que aún despierta su asombro en el mundo”, valoró.

    Orsi dijo que los partidos políticos son “vasos comunicantes de la democracia con el pueblo”. Y señaló que los dirigentes deben pensar que pueden ser “adversarios, pero nunca enemigos”, en “tiempos donde proliferan las expresiones de antipolítica y las lógicas excluyentes”. En ese sentido, sostuvo que los uruguayos siguen votando más en función de “referencias e identidades partidarias” que “por candidatos individuales, por más destacados que parezcan”.

    Luego mostró su talante de dirigente político dialoguista, acaso una impronta personal que marcó su gobierno en Canelones y que lo posicionó ante la opinión pública durante la campaña electoral. “Será necesario mucho diálogo, mano tendida y capacidad de comprender las distintas sensibilidades que expresa nuestra comunidad”, dijo, y agregó: “Y no me refiero solo a las sensibilidades partidarias, sino también a las sociales, culturales, geográficas, étnicas, de género, entre otras”.

    El discurso de Orsi está a tono con el panorama político inédito para el Frente Amplio que deberá navegar su gobierno, donde el diálogo, más que una opción, será una necesidad. El oficialismo tiene mayoría cómoda en el Senado, pero no en Diputados. En la Cámara de Representantes el oficialismo tiene 48 votos, los socios del gobierno que acaba de terminar tienen 49 y hay dos legisladores de Identidad Soberana.

    El presidente sostuvo que no llega al gobierno “con la lógica de imponer” y que personalmente se rebela contra “ese supuesto país de las dos mitades, donde la mitad que gana recurre al orden y mando y la otra mitad debe estar poco menos que condenada a obedecer bajo protesta”. Así, aseguró que nunca se llevó bien “con los muros” y menos con los “ideológicos”.

    Luego de la ceremonia en el Parlamento, comenzó la caravana por la avenida del Libertador. Orsi y Cosse se subieron al automóvil eléctrico de la marca coreana Hyundai Ioniq 5, que tenía el techo abierto especialmente para que pudieran hacer el trayecto saludando a la militancia. Había euforia y emoción en el pueblo frenteamplista. “¡Volvimos!”, gritaban. Hubo mucho llanto. Jóvenes y veteranos emocionados hasta las lágrimas saludando y agradeciendo. “¡Volvimos de vuelta, carajo!”, le lanzó a Orsi una señora con un perro caniche entre sus brazos.

    La fórmula presidencial, que iba a paso de hombre a bordo del auto eléctrico, devolvía los saludos. Orsi, con una cara que variaba entre el gesto de gratitud y esa clásica expresión suya de sorpresa, abriendo grande los ojos y la boca cuando parecía reconocer a alguien entre la multitud. Cosse, ampulosa, con los brazos abiertos, que a veces se los llevaba al corazón con gestos de emoción. Hubo una sola salida del protocolo. Fue espontánea. En la puerta del Instituto de Profesores Artigas (IPA), un grupo de la organización de Familiares de Detenidos Desaparecidos portaba carteles con rostros de víctimas de la dictadura. Al verlos, Orsi y Cosse decidieron bajar del auto y abrirse paso entre la gente para saludarlos.

    La caravana avanzó sin contratiempos. A ritmo lento y sin desbordes. Fue bastante menos caótica que la de marzo de 2020, que estaba rodeada por centenares de jinetes y caballos. En la plaza Independencia los esperaban los protagonistas de aquella jornada de cinco años atrás: Luis Lacalle Pou y Beatriz Argimón. Se saludaron con cordialidad. Hubo un breve intercambio de risas entre el mandatario saliente y el entrante. Bromearon sobre la lapicera para la firma protocolar de asunción. Lacalle Pou dijo que se la prestaba por un rato y después le prometió que le regalaría una similar a la que tenía, hecha especialmente por el artesano duraznense Pablo Rigali.

    Durante la ceremonia de traspaso se escucharon abucheos. Se hicieron sentir. El pueblo frenteamplista silbó con energía la imagen de Lacalle Pou que se proyectaba por la pantalla gigante. “Ya se va, el Cuqui ya se va”, cantaban algunos. “’¡Se van, se van!”, gritaban otros. No había casi dirigentes de la primera línea del Partido Nacional presentes en la plaza Independencia durante la ceremonia. Pero minutos más tarde, desde las redes sociales, hubo reacciones blancas a esta actitud de los militantes del Frente Amplio. El senador Sebastián da Silva escribió en su cuenta de X: “40 años de democracia y en el Frente Amplio abuchean a un presidente elegido por el pueblo. Así de resentidos siguen siendo. Como siempre. El desgraciado es el que en vez de estar feliz y festejar es un ordinario”.

    Sentada en una de las sillas rojas para invitados en la plaza Independencia y mientras esperaba por las palabras de Orsi, la referente de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto dijo a Búsqueda que deseaba que “Argentina sea en breve un poco parecida a Uruguay”. “Tengo mucho amor por este país. Hemos trabajado con las madres de acá para buscar los desaparecidos de acá y allá. Tengo el corazón mitad y mitad”, dijo sonriendo.

    Al caer la tarde, y ya con la banda presidencial cruzándole el pecho, Orsi ofreció su segundo discurso de la jornada. Esta vez sin papeles, sin leer. Insistió en la celebración de la democracia y también en la unidad republicana por encima de los partidos. “Hay mucho para hacer. Hay mucho trabajo. Pero lo tenemos que hacer con la cabeza y el corazón siempre puestos en aquellos que más nos necesitan. Tenemos un pueblo que nos espera, que tiene muchas expectativas en cada cambio de gobierno”, dijo.

    Tras su mensaje, ingresó al Palacio Estévez. Se encerró brevemente con su familia en una sala y luego salió con Cosse a saludar desde el balcón. Sus hijos esperaban ansiosos su turno. “¿Ya saludó con la vice?”, preguntó uno. La respuesta fue afirmativa y la nueva familia presidencial, que Orsi ha mantenido siempre en un discreto segundo plano, salió al balcón. Quizás por eso llamó la atención el entusiasmo contenido con el que saludó al pueblo la esposa de Orsi, Laura Alonsopérez. La primera dama, casi desconocida para el gran público, hizo con sus manos el gesto de la victoria y arengó eufórica a la militancia, que también vivió intensamente su jornada de regreso al gobierno.