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En la basura, un grupo de cineastas halló un mundo y un propósito. Años atrás, durante un paseo por La Habana Vieja, la cineasta uruguaya Lucía Malandro y un grupo de colegas se toparon casualmente con una serie de bobinas de película de 16 milímetros en un basural. Sin dudarlo, las rescataron. Desconocían cómo manejar ese material y, pese a su maltratado estado, decidieron investigar su origen.
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Las respuestas las encontraron al otro lado del Atlántico, en San Sebastián, donde varios de ellos residían por motivos de estudio. Al analizar el contenido, descubrieron que se trataba de películas del movimiento cineclubista cubano, una agrupación relevante pero olvidada en la historia del cine de la isla. Y así, sin más, nació el colectivo Archivistas Salvajes.
Fundado en 2019 por Malandro, Daniel Saucedo, Josué G. Gómez y Fabio Quintero, Archivistas Salvajes se dedica a rescatar y preservar el patrimonio cinematográfico cubano, especialmente el cine amateur. Con el objetivo de salvaguardar este valioso legado, han creado el archivo Los Subterráneos, donde catalogan y restauran películas olvidadas. Hasta ahora han recuperado más de 900 títulos y restaurado cerca de 250 películas en diversos soportes analógicos.
Parte de esa labor se verá en la 72a edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en un ciclo en el que se proyectarán 19 películas cubanas restauradas, realizadas entre las décadas de 1960 y 1980. Archivistas Salvajes aportará dos títulos: Una tradición centenaria (1990), dirigida por Miguel Secades, Rudis Reyes y Rafael Torrens, y Nace una plaza (1988), dirigida por Miguel Secades y Miguel García.
La película Nace una plaza, un encargo del Partido Comunista Cubano, retrata la construcción de la tumba del Che Guevara en 1988, antes de que se encontraran sus restos en 1997. Por su parte, Una tradición centenaria es un registro de un rito ancestral que combina elementos yorubas, cristianos y espiritistas en el que se exorciza a los muertos y se los invita a poseer los cuerpos de los vivos para asegurar la lluvia y las cosechas. La proyección en la que participará Malandro y su equipo, programada para los días martes 24 y miércoles 25 de setiembre será dentro de la sección Klasikoak.
Antes de Archivistas Salvajes, Malandro se formó en teatro, artes escénicas y música, y estudió en la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático de Montevideo. En 2018, se mudó a Cuba, para estudiar en la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños, donde su interés se inclinó hacia el trabajo con archivos. Allí, descubrió el potencial creativo de trabajar con registros realizados por otros, incluso por personas sin formación en cine. Esa fascinación la llevó a cursar un máster en Archivo y Creación Cinematográfica de la Elías Querejeta Zine Eskola, un centro de referencia internacional dedicado al estudio y la práctica del cine de San Sebastián, donde hoy reside.
En diálogo con Búsqueda, Malandro enfatiza en cómo Archivistas Salvajes ha repercutido en su formación y carrera como directora.
“Me ha hecho reconsiderar profundamente el valor del archivo y lo que significa trabajar con estos materiales. Este proceso me ha reafirmado en lo que disfruto: reutilizar, recontextualizar y resignificar el archivo, dialogar con ‘fantasmas’ del pasado y darles un nuevo espacio. Trabajar con archivos olvidados o marginados me ha permitido reinterpretar la historia y ver cómo esos materiales del pasado iluminan nuestro presente. Cuando hablamos del pasado, nunca hablamos del pasado”.
Al preguntarle sobre algún trabajo de recuperación o hallazgo que le haya marcado personalmente, la directora responde que resulta difícil seleccionar uno en particular. Sin embargo, destacó que uno de los primeros descubrimientos que la impactó fue el de un registro de la Operación Tributo, una acción llevada a cabo por Cuba en 1989 con el objetivo de repatriar y honrar los restos de los combatientes cubanos que fallecieron en misiones internacionalistas en África.
“Fue un momento histórico muy fuerte, un símbolo del cierre de una época y el inicio de otra en la Revolución. Ver el pueblo cargando a los mártires sobre sus hombros me impactó profundamente”.
La archivista también expresó su fascinación por una película titulada Figuras en el paisaje, dirigida por un niño de tan solo 12 años, llamado Terence Piard. Recientemente, se encontró la pista de sonido magnético de esta película y la describe como “simplemente maravillosa”. Por último, menciona la asombrosa saga de ciencia ficción filmada por los habitantes de un pueblo llamado San Antonio de los Baños en los años 50. “Es increíble la cantidad de joyas que encontramos en el archivo, así que siempre es difícil decidirme por una sola”, apunta.
De la misma manera, al describir el último año de Archivistas Salvajes, lo define como “increíble”. “La recepción del proyecto ha sido mucho mejor de lo que esperábamos, tanto en ámbitos académicos como artísticos”, señala, antes de mencionar algunos de los hitos recientes para el colectivo.
Entre ellos, destaca una presentación en abril en el prestigioso Orphan Film Symposium, organizada por el Martin Scorsese Department of Cinema Studies, de la Universidad de Nueva York, seguida de proyecciones en la Cineteca de Madrid y en Radical Film Network, una red internacional que reúne a cineastas, activistas, académicos y otros profesionales del cine interesados en el cine radical y experimental. “Ha sido un año magnífico, y estamos muy agradecidos por todo el trabajo y las oportunidades que han surgido, pero todavía queda muchísimo trabajo por delante”.
Tras el Festival de San Sebastián, Archivistas Salvajes llevará a cabo otro ciclo de proyecciones en la Cineteca de Madrid durante el mes de octubre. Uno de los objetivos próximos del proyecto es desarrollar una plataforma web que permita el acceso público a todo el acervo recolectado en Los Subterráneos. “Estamos entusiasmados con la posibilidad de seguir expandiendo el alcance de Archivistas Salvajes”, afirma.
