En el caso de Whisky, que se encuentra festejando el 20º aniversario de su estreno con un regreso a las salas de cine, su legado cinematográfico toma, en la forma de una celebración, la recuperación de un universo que tomó de múltiples inquietudes y disciplinas artísticas para crear, de la mano de la dupla de Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll, un mojón significativo para el cine uruguayo al que el tiempo solo parece favorecer.
En mayo, después de considerar la idea durante algún tiempo, Stoll y el productor y editor Fernando Epstein concretaron la idea de volver a presentar al público la película que les valió dos premios en el Festival de Cannes, entre los numerosos galardones que recibió por su guion, actuaciones, dirección y fotografía.
“Era una época muy táctil, si se quiere”, aclaró el cineasta al hablar del universo analógico de Whisky, que hoy tiene múltiples formas. “Los afiches se imprimían, también las postales. Era la primera época en la cual se mandaban los afiches por CD, entonces los distribuidores iban y hacían cada uno su propio afiche. Después te lo mandaban y teníamos de todos lados”, recordó.
Una pequeña muestra de ese universo puede verse actualmente en los pasillos que dirigen a las salas 2 y 3 de Cinemateca, donde la película será proyectada todos los miércoles hasta el 25 de setiembre, en 35 milímetros.
Las paredes exhiben una serie de fotografías de la producción tomadas hace 21 años por la artista Magela Ferrero, también en 35 milímetros. Jazmín Rodríguez, archivóloga del Archivo Audiovisual Dina Pintos de la Universidad Católica, trabajó en la digitalización de esas fotografías, tomadas por Ferrero en su rol de “foto fija”, figura de los rodajes encargada de tomar imágenes de los actores, el equipo de filmación, los sets y los detalles técnicos, creando un registro visual del proceso de producción. Las fotos de Ferrero se identificaron, catalogaron y digitalizaron y, junto con el Centro de Fotografía de Montevideo, se recuperaron imágenes nunca vistas del proceso de Whisky, que ahora pueden verse en la Cinemateca.
Bajo las fotografías de Ferrero se encuentran latas que contienen la copia actualmente en exhibición en el cine. Los croquis, que funcionan como storyboard, muestran cómo debía ser el ingreso de Marta (Mirella Pascual) y Jacobo (Andrés Pazos) a la fábrica de medias Köller, o cómo estaba dispuesto el escritorio desde donde Jacobo daba sus órdenes a las “chiquilinas”, como Marta suele llamar a sus colegas más jóvenes.
Hablando de las medias, también se pueden ver sus empaques junto a la chaqueta beige de Jacobo. La prenda, reveló Stoll, estaba en posesión de Adrián Biniez, cineasta uruguayo e intérprete de uno de los papeles secundarios más descollantes de la película: Dardo y su órgano, responsable de instrumentar un inolvidable cover de Bicho Bicho.
Recientemente, Sebastián Rodríguez, uno de los responsables de registrar el tras bambalinas de la película, encontró otro objeto relacionado con ella: su DVD. Al igual que la chaqueta de Jacobo, cuya elección estuvo a cargo de la vestuarista Adelaida Rodríguez, este DVD es un tesoro del filme.
Editado por BuenCine Producciones, una distribuidora y productora de cine uruguayo liderada por Ronald Melzer, el DVD cuenta con todo lo que se esperaba de un formato de esa época: un menú interactivo, la película dividida en escenas y, como lo apuntó Stoll, material complementario que “le daba valor” al objeto.
Las escenas detrás de cámaras, que se compartirán durante la celebración, muestran, por ejemplo, el primer día de rodaje. Fue el 8 de julio de 2002 a las 7:00 de una mañana con 4 grados. Para la primera toma de la película, la llegada de Jacobo a levantar el telón de la fábrica junto a su leal empleada Marta, se ve al director Juan Pablo Rebella dando instrucciones a Pazos sobre su caminata. También se aprecia a la directora de fotografía, Bárbara Álvarez, midiendo la luz en esa fría mañana.
Otros registros curiosos incluyen los castings de los personajes, una prueba de la química entre Pazos, Pascual y Jorge Bolani (quien interpretó a Herman, hermano de Jacobo) alrededor de una mesa, y la fotografía que Jacobo y Marta se toman para simular una vida en pareja que en realidad nunca tuvieron.
En la exploración de este acervo, que puede seguirse hoy a través del Instagram @whisky_pelicula, se pueden ver las variaciones en torno al afiche original diseñado por Luis Bellagamba e ilustrado por Martín Vergés. En la versión italiana, una media roja atraviesa el póster. La alemana apela a un peculiar contraste de azul y amarillo, la argentina viste el fondo de un celeste claro y la japonesa coloca a los tres protagonistas dentro de una nube de medias flotando sobre un fondo marrón.
Stoll recordó esa relocación del afiche de Whisky por el mundo: desde fotos de París empapelada de Whisky cuando se estrenó la película hasta fotos de “una amiga de una amiga” de su madre, que vio un afiche enorme de la película en Estambul. Hoy aún se pueden encontrar algunos afiches de Whisky por Montevideo, tanto en la Universidad Católica, en el Su Bar de Cordón, donde los cineastas del filme solían ir, y en La Ronda, en Ciudad Vieja, bar significativo para esa generación del sector audiovisual.
Los premios recibidos por la película también tenían su forma física. A la oficina de lo que entonces era la productora Control Z llegaban paquetes pesados de FedEx con peculiares esculturas. “Muchas veces estaban rotos”, dijo Stoll.
Para el armado de la celebración, el cineasta confesó que no aportó de su archivo personal. Dijo tener cajas en algún lugar de su casa, con medias Köller y memorabilia de todo tipo. Dentro de esas cajas también se encuentran varias copias del guion de Whisky, editado por la editorial Artefato, a cargo de Leandro Costas Plá, en 2005. Fue el cineasta Arauco Hernández, quien se encontraba estudiando guion en la Universidad de Columbia en Nueva York en ese entonces, quien advirtió que era muy raro encontrar guiones editados en español y menos latinoamericanos, lo que ayudó a motivar la idea.
Una década después desde su última película, Stoll se encuentra en una etapa de intensa actividad. Retomó su labor como profesor, está escribiendo un guion, preparando un documental sobre el caso Astesiano en colaboración con la diaria y ultimando los detalles de su nueva película, la comedia de zombies El tema del verano, cuyo estreno es inminente.
Mientras prepara ese lanzamiento, y ante la pregunta de si imagina que el cine pueda recuperar un poco esa identidad “táctil” que Whisky tuvo, Stoll se muestra convencido de que el camino es parecido pero diferente: expandir la experiencia cinematográfica más allá de las salas tradicionales.
“Creo que lo único que está moviendo y haciendo que exista la sala es lo parafílmico, tanto para nuestras películas como para Avengers. La película hoy se ve en cualquier lado, en cualquier celular, parado bajo la lluvia o estando en el bondi. Lo que está sacando a la gente al cine es lo otro: lo que no es solo la película. El juntarse, el poder hacer preguntas y tener respuestas de primera mano de los protagonistas. El aglutinar por fuera y poder charlar es lo que sigue dando esa unión con esa pequeña comunidad de gente que va al cine”.
